Trifulca en Almería por el uso de una iglesia por parte de la comunidad ucraniana de rito oriental

Trifulca en Almería por el uso de una iglesia por parte de la comunidad ucraniana de rito oriental

Una nueva polémica salpica la vida de la siempre ajetreada diócesis de Almería que pastorea Antonio Gómez Cantero.

Los feligreses de la parroquia de san Isidro de Huércal-Overa (Almería), denuncian que “la parroquia está ‘okupada’ por un grupo de cristianos ucranianos”, afirma al Diario de Almería Silvia Valera Ramos, una de las personas afectadas y que luchan por la defensa y recuperación de la Iglesia de San Isidro.

Aunque existe un régimen de uso compartido de esa iglesia por parte de la comunidad católico de rito latino con los de rito oriental, aseguran que “no se dice la verdad cuando se afirma que la Iglesia Parroquial de San Isidro se comparte con nuestros hermanos ucranianos, mejor dicho, que nuestros “hermanos ucranianos comparten la iglesia con nosotros”, matiza.

En esta línea apostilla que “no nos está permitido acceder libremente al templo con llave propia y en mano, como ellos sí pueden. El uso de la llave que posee una vecina, por haber sido catequista, requiere que ella, a su vez, pida permiso al párroco, pero antes de que pudiéramos llegar, ya estaría ahí Igor, miembro de la comunidad ucraniana”.

La comunidad católica del pueblo lleva años quejándose al obispado por sufrir un trato peyorativo hasta el punto de sentirse extraños en su propia parroquia que consideran que ha sido ‘okupada’ por los ucranianos de rito oriental. Durante este tiempo han enviado varios escritos al obispado y han solicitado ser recibidos por el obispo Antonio Gómez Cantero pero sin éxito.

Comunicado de la diócesis de Almería

Ante la noticia publicada por el Diario de Almería, el obispado almeriense ha respondido con celeridad a esa información a través de un comunicado.

En el escrito, la diócesis afirma que «la comunidad católica ucraniana, con la autorización del Obispo Diocesano, utiliza el templo parroquial de San Isidro de Huércal-Overa para la celebración de su liturgia. Lo hacen como católicos y con el respeto, huelga decirlo, que requieren los templos. Como ya expresamos en un anterior comunicado a quienes mostraron su disconformidad, «el templo debe ser lugar de encuentro y oración de cada fiel con Dios; es por ello que nos parece fraterno permitir que otros hermanos nuestros puedan hacer uso de algún templo de la diócesis, sin que ello suponga merma del uso de la comunidad católica de rito latino».

Sostienen desde el obispado que «es práctica muy común el uso compartido para celebraciones de templos católicos, en Almería y también en otras diócesis, con otras confesiones cristianas: por ejemplo, en San Luis Gonzaga (Almería) celebra la comunidad anglicana; y en la Santísima Trinidad (Almería) celebra la comunidad ortodoxa rusa».

Lamentan que «en ninguno de estos templos hay ningún tipo de conflicto o desencuentro; más bien todo lo contrario. Es un bonito signo de universalidad, de acogida y de aceptación de los hermanos aun siendo de diferentes Iglesias». La diócesis argumenta que «también es muy habitual en otras naciones que pequeñas comunidades católicas celebren en Iglesias de otras confesiones no católicas. En el caso que nos ocupa, nuestros hermanos ucranianos que usan de modo compartido la Iglesia de San Isidro en Huércal-Overa, son católicos de rito oriental».

El comunicado de la diócesis de Gómez Cantero asegura que «el uso compartido del templo por parte de la comunidad católica ucraniana se realiza en horarios compatibles con las celebraciones de la comunidad católica de San Isidro de Huércal Overa. No hay ningún impedimento ni obstáculo para que ambas comunidades puedan compartir el templo; es más, es un signo de generosidad y de acogida que debería enriquecer a todos». Una afirmación que desde luego no comparten los feligreses católicos del pueblo de Huércal-Overa.

Por último, la diócesis de Almería pide «en un tiempo de división y enfrentamiento en tantos órdenes mundiales, y con un recuerdo muy especial a la crudeza de la guerra que se vive en tierras ucranianas, hacemos un llamamiento a la concordia y a la acogida de todos, vengan del país que vengan. Que nuestras comunidades abran sus puertas y sean generosas sin mirar origen o comunidad».

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