Con motivo del primer aniversario de su elección como arzobispo de Valladolid, monseñor Luis Argüello, concede una entrevista a InfoVaticana.
Suceder al cardenal Ricardo Blázquez al frente de la archidiócesis de Valladolid motivó que don Luis decidiera apartarse y renunciar a los cargos de secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, siendo sustituido en noviembre por César García Magán, obispo auxiliar de Toledo.
De entrada, en la próxima Asamblea Plenaria el próximo mes de noviembre, los obispos deberán elegir a su nuevo vicepresidente tras la jubilación del cardenal Osoro. No son pocos quienes ya piensan que el arzobispo vallisoletano será el sucesor de Omella como presidente de los obispos españoles y que podría estar acompañado por José Cobo, recientemente nombrado arzobispo de Madrid, como vicepresidente del episcopado español.
P-El 17 de junio del año pasado el Papa Francisco le nombró arzobispo de Valladolid, ¿qué balance hace de este primer año?
R-Ha sido un año intenso, lleno de encuentros, personales y comunitarios. De aprendizaje en esta nueva responsabilidad eclesial que me ha situado de manera nueva ante el Señor, la comunidad diocesana y la sociedad vallisoletana. El balance está colmado de agradecimiento, llamada a la conversión personal y pastoral y esperanza en lo que el Espíritu Santo puede hacer en nosotros.
P-Se ha recorrido toda la geografía vallisoletana visitando parroquias, ¿Con qué Iglesia se ha encontrado en sus visitas por las parroquias de la archidiócesis?
R-Una Iglesia agradecida por lo recibido de las generaciones anteriores y preocupada por su fragilidad para transmitir la fe. Una Iglesia repartida de una manera muy desigual en el territorio de la provincia. Una Iglesia con una rica presencia de vida de especial consagración, pero con comunidades religiosas muy envejecidas. Con una vida laical asociada en Cofradías, Comunidades y Asociaciones varias, pero con una mayoría de laicos practicantes vinculados a la Iglesia solo por la participación en la Eucaristía dominical, lo cual, siendo muy valioso, es quizá hoy insuficiente para vivir la fe en contra de la corriente social mayoritaria de secularización.
P-¿Cuáles son los principales retos que tiene por delante la Iglesia en Valladolid?
R-Acabamos de comenzar un “año jubilar del Corazón de Jesús” para pasar por la puerta del costado de Cristo los asuntos que más nos preocupan: transmisión de la fe e iniciación cristiana, nuestra forma de estar presentes en un territorio con grandes contrastes de distribución de la población, promover la vida como vocación, … Nuestro principal objetivo es promover el encuentro vivo con el Señor del que brota la vida comunitaria y el compromiso misionero y social. Se nos acaba el tiempo de vivir de las rentas del pasado.
La Iglesia crece en África y en Asia, se estabiliza en América y mengua en Europa, su centro casi desde el principio
P-¿Y la Iglesia a nivel universal?
R-La Iglesia tiene siempre el permanente desafío de conjugar bien la fidelidad al Señor, que está vivo y camina con nosotros, en la novedad de la época con los grandes desafíos antropológicos y de la economía y cultura globalizadas. La Iglesia crece en África y en Asia, se estabiliza en América y mengua en Europa, su centro casi desde el principio. Hoy la mayoría de los católicos son empobrecidos y gran parte de los habitantes del mundo no conocen a Cristo. El anuncio del Evangelio y se encarnación fraterna y social en un nuevo mundo expresión del “cambio de época”, son nuestros retos. El papa Francisco lo expresa muy bien en el eje central de su pontificado: anuncio del evangelio (Evangelii gaudium) que realizan los santos (Gaudete et exultate).
P-¿En qué fase se encuentra el proceso de beatificación de Isabel la Católica?
R-Concluida hace años la fase diocesana del proceso con unos extraordinarios informes históricos y de estudio de la extraordinaria personalidad de la Reina, nos encontramos ahora en un momento dar un nuevo impulso a la devoción a Isabel, con el reconocimiento de favores y posible milagro. Será muy importante recabar el apoyo explicito de Diócesis e instituciones de España y América para presentar todo ello en la Santa Sede. He de reconocer que el eco producido en los últimos meses a las diversas iniciativas de la Comisión Diocesana en pro de la Causa de Beatificación me llenan de esperanza.
Muchos de los críticos de las medidas deshumanizadoras de este progresismo cultural aceptan de manera acrítica el sistema económico que favorece lo que tanto critican
P-Usted fue el encargado de presentar el documento ‘El Dios fiel mantiene su alianza’ aprobado por la CEE. En dicho documento se denuncia las injerencias de “poderosos organismos financieros globales”, ¿A qué se refiere exactamente?
R-En la manera de gestionar el mundo global (iniciativas de la ONU y de sus diversas agencias, Directivas de la Unión Europea) es conocido el papel que juegan esos organismos globales unidos a Fundaciones, ONGs, Clubs y Foros de encuentro de diversos lideres mundiales, para imponer una agenda, es decir una manera de impulsar prioridades y sobre todo medios para conseguir las prioridades. Llama la atención que para conseguir fines buenos –disminuir el hambre, cuidar el planeta, extender la salud y la educación– se seleccionen prioritariamente y se difundan culturalmente a través de los grandes medios, controlados por esos grandes poderes, medidas concretas y propuesta de vida que coinciden en una antropología y estilos de vida que hacen juego con el capitalismo sin alma y sin rostro que esos grandes poderes defienden y gestionan. Para la realización de este proyecto de dominación el “progresismo” hace el juego. Lamentablemente muchos de los críticos de las medidas deshumanizadoras de este progresismo cultural aceptan de manera acrítica el sistema económico que favorece lo que tanto critican.
P-En este mismo documento se denuncia “la reciente legislación que se extiende por el mundo actual totalmente contraria a la razón, a la naturaleza y a la vida: aborto, divorcio, matrimonio homosexual, experimentación con embriones humanos, gestación subrogada, transexualidad”. ¿Cuál cree que es la manera de contrarrestar todas estas leyes ideológicas?
R-Ofreciendo un testimonio vivo de la antropología adecuada a las experiencias básicas de la vida humana, ejerciendo la caridad política –identidad y espiritualidad de los laicos– en los ambientes e instituciones de los que forman parte y cultivando una intensa vida espiritual, pues estamos ante un verdadero “combate espiritual” contra el Dragón y las Bestias de las que nos habla el capítulo 13 de Apocalipsis.
P-¿Ve posible que la Iglesia en España se vea contagiada en algún momento por todo lo que está ocurriendo dentro de la Iglesia en Alemania?
R-La Iglesia alemana tiene la “buena intención” de ser relevante en la cultura actual y hacer un ejercicio que la redima de lo que ella misma considera pecados sistémicos de toda la Iglesia, fundamentalmente referidos a la cuestión del poder y a la antropología y sexualidad. La relevancia cultural y social es una tentación permanente y también una llamada, pues hemos de ser signo visible. Pensar que la relevancia pasa por modificar la identidad me parece un error. No cabe duda de que la Iglesia está siempre llamada a la reforma, pero esta consiste en la forma que Cristo, que está vivo hoy, nos da para ser testigos de su presencia ante nuestros contemporáneos. Recordaba antes la Carta Gaudete et exultate del papa Francisco, en ella nos invita a vivir “a contracorriente”. Si la iglesia española no entra por la senda de Cristo humilde, pobre y sacrificado corre el riesgo de buscar atajos, como a mi juicio, busca un sector importante de la Iglesia alemana.
P-El próximo 23 de julio los españoles estamos llamados a votar para las elecciones generales, ¿Qué consejos o recomendaciones daría a los católicos a la hora de votar?
R-El primero, que su compromiso no finalice con depositar el voto en la urna, es necesaria una acción política continuada y permanente en la vida social. El segundo, que apueste por quienes defienden la dignidad de la vida en todo su desarrollo y el bien común, uno de cuyos rasgos es la comunión por lo que hemos de evitar la utilización ideológica de polarizaciones inducidas. El tercero, que no se olviden de los pobres de cerca y de lejos.
P-Por último, ¿le veremos pronto de nuevo por Añastro?
R-La semana próxima en la reunión de la Comisión permanente.