El rescripto de Roche no sería el último capítulo de la ofensiva contra la Misa de siempre, de creer a las fuentes que cita el blog Motu proprio: summorum pontificum, y que aún esperan un documento oficial vaticano apretando aún más las tuercas.
Se esperaba para el pasado día 3 el documento que no llegó, pero sería natural achacar al retraso, de creer en esta versión, a la enfermedad que obligó a Francisco a ser internado en el Gemelli.
El nuevo documento, que probablemente no tomará la forma de una Constitución Apostólica, lo publicará, según el citado blog, por la Autoridad Superior para las Comunidades Religiosas y Espirituales (antes Congregación de Religiosos) y tratará principalmente de los seminarios de las comunidades doctrinales y litúrgicas tradicionales.
Contendrá la declaración de que estos seminarios y centros de formación no corresponden a las exigencias del presente, reconocidas por el Concilio Vaticano II, ni en cuanto a la teología que en ellos se enseña -de eso ya nos dio un avance el cardenal Arthur Roche-, ni en cuanto a sus prácticas didácticas y orden disciplinario, y por lo tanto, se renovará integralmente.
Las reforma se centrará en las prácticas de los seminarios y colegios diocesanos y supradiocesanos. La formación litúrgica debe centrarse en la “liturgia renovada de S. Papa Pablo IV.” como la “única Lex Orandi” del Rito Romano. El documento otorga particular importancia al hecho de que la mayor parte del curso se completa en universidades estatales que representan el estado actual de la ciencia.