El cardenal holandés y arzobispo de Utrecht, Willem Eijk, conocido durante estos últimos meses por pedir al Papa una encíclica para aclarar cuestiones sobre la ideología de género en la Iglesia, tiene un plan en su diócesis para fomentar la asistencia a Misa.
En una carta publicada por la archidiócesis de Utrecht y que recoge Katholisch. de, el purpurado explica que quiere trazar un plan de suspender los servicios dominicales de la palabra y las celebraciones de la comunión sin sacerdotes en su archidiócesis en los próximos cinco años. De este modo, la celebración de la Eucaristía debe «tomar su lugar central», escribe Eijk en una carta fechada este martes.
El plan estratégico, que fue presentado en octubre, prevé, entre otras cosas, la coordinación de los tiempos de las celebraciones eucarísticas en las diversas iglesias de tal manera que un sacerdote pueda celebrar varias Misas y se anime a los feligreses a viajar a otra parte de la ciudad o pueblo para asistir a Misa.
Además, las celebraciones de la Palabra y de la Comunión por parte de diáconos y otros responsables pastorales se reducirán gradualmente y se suspenderán durante un período de cinco años para 2027. «Esto les dará la oportunidad de asistir a la Eucaristía con más frecuencia (especialmente los domingos), lo que también es muy importante», dice Eijk. A partir de 2028, las celebraciones dominicales de la Palabra de Dios solo deberían permitirse en casos excepcionales, por ejemplo, si un sacerdote está enfermo y no se puede encontrar un reemplazo.
En la carta publicada el martes, Eijk responde también a ciertas críticas a sus planes. El purpurado hizo hincapié en que varios objetores temían que el plan estratégico fuera una herramienta para alentar el cierre de iglesias. «Pero eso está completamente fuera de discusión», enfatizó el arzobispo de Utrecht. «Para este propósito, la Eucaristía, como el don más sagrado de la Iglesia, no debe ni será abusada».
Ahora, se abre un periodo de diálogo con los grupos de trabajo litúrgicos locales para considerar juntos cómo y a qué ritmo se podría reducir el número de Liturgias de la Palabra durante el período de cinco años. El cardenal Eijk animó a «trabajar con los sacerdotes, diáconos y trabajadores pastorales en su parroquia tanto como sea posible para ver cómo se puede implementar el plan estratégico de una manera constructiva, con los ajustes necesarios en la situación específica y con respeto por los sentimientos de todos los interesados».