El obispo de Vitoria: «Basta un caso de abuso en la Iglesia para afrontarlo con radicalidad»

El obispo de Vitoria: «Basta un caso de abuso en la Iglesia para afrontarlo con radicalidad»

«Caminar juntos en tiempos de perplejidad» es como se titula la reciente carta pastoral escrita por el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde.

«Aún inmersos en la pandemia, la sociedad, y también la Iglesia, son sacudidas por el hecho terrible de los abusos. Las tensiones, esta vez
europeas, amenazan con hacer de la humanidad un polvorín. El proceso sinodal en el que estamos participando se entrecruza con el camino de renovación y de remodelación de nuestra Diócesis y en un contexto de muchos cambios en Iglesias locales que nos afectan también a nosotros», comienza diciendo Elizalde.

A pesar de estas circunstancias, el obispo de Vitoria pide «no caer en la decepción o en la desilusión y el Sínodo es una oportunidad óptima para el crecimiento». El prelado vasco se pregunta «¿Por qué no abordar este momento juntos?», a la vez que insiste en que «juntos no significa uniformidad y pensamiento único, sino comunión en la diversidad y complementariedad en las diferencias».

«Vivimos bien las tensiones eclesiales cuando nos conducen a un seguimiento más auténtico del Señor Jesús en su Iglesia. Pero nadie sigue al Señor de manera uniforme y rígida. Somos únicos e irrepetibles también cuando partimos de un único bautismo. La gracia del bautismo se diversifica en diferentes maneras de seguimiento al Señor, según la vocación que Él concede a cada persona en su Iglesia», sostiene Elizalde.

Mensaje para los consagrados

Tras estas primeras consideraciones, el obispo de Vitoria destaca «cuatro hechos significativos muy recientes que nos dan luz», empezando por la Jornada de la Vida Consagrada. «Podemos preguntarnos, hermanos y hermanas, ¿qué es lo que anima nuestros días?, ¿qué amor nos impulsa a seguir adelante?, ¿el Espíritu Santo o la pasión del momento, o cualquier otra cosa? ¿Cómo nos movemos en la Iglesia y en la sociedad? A veces, aún detrás de la apariencia de buenas obras, puede esconderse el virus del narcisismo o la obsesión de protagonismo. En otros casos, incluso cuando realizamos tantas actividades, nuestras comunidades religiosas parece que se mueven más por una
repetición mecánica que por el entusiasmo de entrar en comunión con el Espíritu Santo».

Elizalde recuerda a los consagrados que «la vida consagrada, activa y monástica, es alma de nuestra Diócesis y los sacerdotes consagrados enriquecen nuestro presbiterio diocesano, compuesto de sacerdotes seculares y religiosos. ¿A quién seguimos?, ¿al Señor Jesús o a esquemas mundanos dentro de la Iglesia?».

La Semana del Matrimonio

En segundo lugar, destaca de este mes de febrero la Semana del Matrimonio. «Es urgente que muchas parejas en nuestra Diócesis descubran que “el sacramento no es una «cosa» o una «fuerza», porque en realidad Cristo mismo, mediante el sacramento del matrimonio, sale al encuentro de los esposos cristianos», afirma Elizalde. En relación a este tema, el obispo subraya que «un foco de perplejidad hoy en la Iglesia es todo lo referente a la afectividad, sexualidad y proyectos de familia cristiana. En un mundo donde predominan las opciones a la carta, desde una subjetividad casi absoluta, nos interesa como nunca descubrir el proyecto de Dios sobre el amor, la pareja y la familia. Nos estamos jugando la felicidad personal y la estabilidad social», advierte el prelado vasco.

El tercer tema que destaca el obispo de Vitoria es el simposio sobre el sacerdocio y las vocaciones sacerdotales. Para tartar este apartado, hace referencia a la conferencia en la que participó en Madrid el pasado lunes el Arzobispo coreano Lazzaro You Heung-Sik, Prefecto de la Congregación para el Clero, quien incidía en “formar en los seminarios discípulos misioneros enamorados del Maestro, pastores con olor a oveja, que vivan en medio de los hombres para servirles y llevarles la misericordia de Dios. El gran desafío de los seminarios es formar no el sacerdote de laboratorio o el contable del espíritu, sino el buen pastor, atento a la vida de los hermanos, apasionado por el anuncio del Evangelio y compasivo con las personas heridas que buscan en Dios la luz.”

«Urge que trabajemos estos temas y además de la mano de las últimas iniciativas y documentos de la Iglesia, porque la consideramos mediación del Señor Jesús. Hoy se está intensificando en la Iglesia la reflexión sobre el sacerdocio. Tenemos que estar al día y desde ahí seguir sensibilizando en la propuesta vocacional. No podemos cansarnos en el fomento y cuidado de las vocaciones», recuerda Elizalde.

Reforma de la Congregación para la Doctrina de la Fe y casos de abusos

El último tema que trata Elizalde es el Motu Propio «Fidem servare» del Papa Francisco por el cual se reformó la estructura de la Congregación para la Doctrina de la Fe al dividirla en dos secciones: Doctrinal y Disciplinaria. «La Sección Disciplinaria se ocupa de los delitos reservados a la Congregación y de los que ésta se ocupa a través de la jurisdicción del Supremo Tribunal Apostólico allí establecido», afirma el prelado quien además también sostiene que esta reforma «es un paso más en la lucha contra los abusos a menores que la Iglesia lidera en esta lacra que afecta a toda la Humanidad».

«Según informes rigurosos e independientes, el lugar donde más ocurren es en el seno de la familia. Basta un solo caso de abuso a un menor en la Iglesia para afrontar esta situación con radicalidad. Jamás tuvo que haberse dado nada parecido. Esas personas que han aprovechado su posición en la Iglesia para cometer estos crímenes son personas que nunca debieron haber ostentado ninguna responsabilidad pastoral y mucho menos con menores. Lo que han hecho nos duele sobremanera y nos entristece profundamente y a la misma vez nos anima a estar atentos ante cualquier señal de sospecha ahora y en el futuro», zanja el obispo de Vitoria.

Además, también aprovecha la ocasión para «en nombre de todas las personas que formamos la Diócesis de Vitoria, mi cercanía y apoyo a las víctimas que haya podido haber tanto dentro de nuestro territorio como en cualquier parte del mundo y nuestro rechazo y
aborrecimiento a los abusos perpetrados».

Elizalde asegura que «esta Diócesis está trabajando para que haya un sólido y firme compromiso para que esto no se repita. No escatimaremos esfuerzos en ello y en acompañar a las personas que sufrieron estos atroces hechos en su niñez, hayan o no prescrito por la vía civil o haya fallecido el abusador. Igualmente acogeremos a toda víctima con independencia de quien haya sido el agresor, pues la
víctima tiene valor en sí misma, un valor infinito».

Actuación de la diócesis y de la CEE

El prelado ha recordado que «la Diócesis creó hace más de un año la Oficina para la Protección de Menores y Prevención de Abusos, encargada de recoger las denuncias que nos llegan, sean o no competencia del Obispado, y tramitarlas en comunicación con las congregaciones religiosas si los supuestos abusos han sido cometidos por miembros de éstas. Las víctimas son acogidas en esta oficina de la que forman parte expertos de distintos ámbitos»,

De igual modo, destaca la labor de la CEE ante los casos de abusos y argumenta que «los obispos españoles creamos una Oficina en la Conferencia Episcopal Española que coordine la información y las iniciativas de las Oficinas diocesanas. Estamos unidos en los criterios y manera de proceder, aunque cada diócesis sea autónoma y su realidad sea muy diversa. La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal lidera las medidas más prácticas en este proceso y lo hace con el consentimiento y aprobación de todos los obispos, agradecidos al poder abordar este problema fraternalmente».

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