El cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha cumplido hoy 80 años, perdiendo así el derecho a participar en un eventual cónclave, de acuerdo con las normas establecidas por Pablo VI y confirmadas por Juan Pablo II y sus sucesores.
Nacido el 15 de junio de 1945 en Ourous, Guinea, Sarah fue creado cardenal por Benedicto XVI en el consistorio de noviembre de 2010. En su trayectoria vaticana ha ocupado cargos de alta responsabilidad: primero como secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, luego como presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, y finalmente como prefecto del dicasterio encargado de la liturgia, desde 2014 hasta su renuncia en 2021.
De espiritualidad intensa, lenguaje profético y convicciones doctrinales firmes, Sarah ha sido una de las voces más destacadas del colegio cardenalicio en defensa de la tradición litúrgica, la centralidad de Dios en la vida eclesial y la fidelidad a la enseñanza moral de la Iglesia. Sus libros y entrevistas han tenido gran resonancia entre los fieles de todo el mundo, especialmente Dios o nada, La fuerza del silencio y Se hace tarde y anochece.
Aunque ya no podrá votar en la elección de un nuevo Papa, la figura del cardenal Sarah seguirá siendo relevante en la vida de la Iglesia, tanto por su magisterio escrito como por el testimonio de su vida de oración y coherencia.