Cobo y el Evangelio del Migrante: exégesis sentimental y teología de ventanilla única

Obispo español en conferencia mencionada por The Pillar e InfoVaticana

Parece que el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha encontrado por fin su Summa Theologiae: una pastoral con acento técnico, lenguaje oenegístico y visión sacramental de la frontera. Si pensaban que el Evangelio hablaba de conversión, salvación y pecado, prepárense para descubrir que en realidad todo era una larga preparación para este momento culminante: acoger, proteger, promover e integrar. El nuevo tetramorfos.

El discurso que pronunció Cobo en la Fundación Pablo VI, durante la presentación del libro Teología de la movilidad humana, no tiene desperdicio. Y como en InfoVaticana no queremos que nadie se lo pierda, lo publicamos íntegro. Si alguien pensaba que lo suyo era doctrina, que se prepare para una dosis de mentalidad nueva, ciudadanía eclesial, hospitalidad intercultural, patrística pro-migrante y el rostro del último. Todo ello con fondo de orquesta sinodal y coros de Fratelli Tutti.

Disfrútenlo. Y si notan alguna ausencia en su parroquia, puede que esté ocupada convirtiéndose en oficina de extranjería espiritual.


Discurso íntegro del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid

¿Qué más decir después de lo que ya han dicho? Bueno, yo brevemente quería dar las gracias a todos los que habéis colaborado en esta obra. Yo a José María le pedía desde hace tiempo, ¿verdad? Decía: publica, publica, porque yo creo que responde un poco a una sed que teníamos desde distintos ámbitos, ¿verdad?, de tener una reflexión hecha.

Es más, en Roma ya está el libro, porque en cuanto dije ahora con esto del Papa y como hablamos con más gente, ya está sistematizado un poco. Dicen: pues hay que traducirlo. Lo digo para que ya te vayas haciendo hueco.

¿Por qué digo que necesitábamos y necesitamos? Así que todos a comprarlo. Porque lo que hemos escuchado —vosotros que estáis justo en el mundo de la reflexión de este campo— es que ahora mismo se va creando una mentalidad. Papa Francisco hablaba de la mentalidad, ¿no?, que responde, entre otras cosas, que es un tiempo muy bueno donde vamos creando cosas. Y cada mentalidad también tiene una antropología que se va constituyendo.

Y a veces nosotros decimos cosas —el Papa dice cosas, el párroco dice cosas, el obispo dice cosas— y como que nosotros a veces nos vamos alineando, depende del blog que leemos en ese momento o del artículo que hemos leído. Es decir, necesitábamos y necesitamos cada vez más primero aportar lo que tenemos nosotros, que resulta que es que… ¡vamos a sacar músculo! Las tradiciones como la nuestra —y tú ves el libro y dices: ¡Hala!— ese eje patrístico quizá no lo habíamos visto.

Es como cuando uno se sube a la torre de la iglesia y ve toda la ciudad o todo el pueblo, ¿no? De repente vamos a ver quién puede ofrecer una reflexión tan armonizada después de tantos siglos ahora mismo en nuestra sociedad. Pues de repente decimos: Pues resulta que también los cristianos y la tradición cristiana podemos dialogar con esa mentalidad. Que a veces estamos más de acuerdo, otras veces menos de acuerdo, otras veces nos imponen. Pero podemos dialogar con esa mentalidad y podemos aportar —que es lo que necesitamos— unas reflexiones bien hechas para entrar en ese diálogo.

Yo creo que en ese momento social estamos. Y podemos dialogar con la política ahora mismo. Ahora que tenemos diálogos con políticos, con economistas, con… podemos dialogar. Pero quizá a veces necesitamos saber desde dónde. Y para eso… por eso agradezco que se haga una teología y que se haga una propuesta de teología que ahora hay que empezar a desarrollar allí donde estáis. Aquí veo caras de ambientes muy distintos. La teología no es simplemente para que nos miremos al ombligo, sino la teología es para que entremos en diálogo.

¿Por qué? Pues porque es la herramienta básica. ¿Por qué me gusta este libro? Primero, porque se puede dialogar y nos da instrumentos de diálogo. Segundo, porque es una teología. Y una teología que es una reflexión que lo que nos hace es que nos da una clave de lectura. Claro, es lo que necesitamos. Porque nosotros en las parroquias de Madrid, en nuestro caso, estamos viendo que están cambiando el rostro continuamente. Porque uno se monta en el metro y tenemos una realidad distinta. Porque todos tenemos amigos o vamos teniendo amigos o vamos teniendo reflexiones que van llegando. ¿Y cómo leer eso?

¿Ingenuamente? No ingenuamente. Una teología da una clave de lectura para decirnos qué tipo de humanidad queremos construir. Porque si no, nos la construyen. Eso también es verdad. Y resulta que ahora mismo podemos construir una humanidad nueva, podemos apoyar una mentalidad nueva. ¡Buena teología!

¿Por qué me gusta también? Porque además esta teología es una teología —y cuando uno lo ve, y en los mensajes de los Papas— es una teología que es comprometida. No es una teología de cualquier forma. ¿Por qué? Porque no es una teología que se sienta —José María… José Manuel— se sienta en el despacho. Sino él está en una parroquia. Y él —me consta, porque hemos compartido muchas cosas— el fenómeno migratorio lo ha conocido desde Ceuta hasta aquí. Y se ha hecho la ruta varias veces. Y porque hemos hablado mucho con distintas realidades.

Claro, hacer teología desde ahí no es hacerla en el despacho. Y eso se nota en ese compromiso. Y también me gusta porque aporta algo que necesitamos muchísimo: recuperar el lugar teológico desde donde hacer teología. Y no habla de los migrantes, sino tiene que ver con llevarnos al rostro concreto de cada persona. Que esa es nuestra opción. No hablamos de números, no hablamos… hablamos de provocar un encuentro personal con los rostros.

Dicen que la ideología va creando grandes tratados. La teología y la fe nos hacen mirar al rostro de las personas. Y toda esta antropología, toda esta mentalidad, se construye de una forma distinta cuando miramos el rostro. Y si no, hablemos de los políticos cuando tenemos que hablar en la reflexión política. Puedo decir: Que vengan, que no vengan… Bien. Pero cuando hablas de este, de este y de este… ¿verdad que la cosa cambia?

Acostumbrarnos a mirar desde el rostro del último es una aportación que ha hecho el Evangelio. Y que en esta reflexión se incorpora. Por eso me gusta. Y me gusta y me aporta porque me da un horizonte para que trabajemos nosotros dentro de la Iglesia.

Claro, cuando incorporas la Sagrada Escritura, cuando incorporas la patrística, cuando incorporas cómo redescubrir a Jesús en el Dios migrante, cuando propones una eclesiología —porque la propone— de esa carpa itinerante, de ese hospital de campaña que se convierte en una carpa itinerante, y cuando hablas de una espiritualidad de la hospitalidad, o cuando hablas del derecho a no emigrar, eso tiene concreciones pastorales. Y es una teología profundamente viva.

Porque no es para que se quede en el despacho de una parroquia y diga: Tengo el libro de Josema aquí. Muy bien. Mira, ya lo hemos comprado. Sino porque nos capacita para desarrollarlo luego. Y para desarrollarlo en nuestros lugares. Para desarrollarlo en nuestras reflexiones. Para desarrollarlo incluso —y os invito— en la misma oración. Porque este es el motor también que nos lleva para anunciar el Evangelio.

Todo lo que habéis hablado de la interculturalidad, de las distintas decisiones éticas y luego funcionales que hay que tomar… Todas esas hay que afrontarlas. Y tendremos que aportar también algo que vamos teniendo: una base común, una reflexión común. Y para eso necesitamos gente que nos… que acrisole toda la reflexión, nos la ofrezca y diga: Ahora pastoralmente, evangelizadoramente, desarrolladlo.

Yo me encuentro una diócesis de Madrid —como os he hablado— que tenemos grandes… y yo creo que toda la Comunidad de Madrid, ¿verdad?, tenemos una oportunidad preciosa. Porque nos hemos enriquecido de una forma que no imaginábamos. Todos decíamos: Vamos a bajar, estamos bajando…

Claro, tenemos un problema demográfico fundamental. Tenemos… y de repente la Iglesia —cosas que no pasan en otras realidades— empieza a crecer. Y nuestras iglesias se empiezan a llenar. Y empiezan a aparecer nuevas formas de religiosidad popular. Y empiezan a aparecer sensibilidades nuevas que antes no teníamos. Y de repente la Iglesia empieza a virar. ¿Cómo leemos esto?

Pues yo creo que con material como este. Con… haciendo también de nuestras iglesias un espacio de diálogo y de encuentro, podemos aprender a leer también lo que está pasando y afrontarlo.

Por lo tanto, hacia fuera, yo creo que nos das material, reflexión para aportar. Y hacia nuestra Iglesia, nos das también capacidad para desarrollar lo que ya estamos haciendo. Y para hacerlo con sentido, ¿no?

Pues yo lo que os invito es a que lo leáis. Pero no solo así. Sino que lo llevéis a vuestros grupos de reflexión. Que os peguéis un paseo por las citas de la patrística. Que escuchemos de dónde viene esto —que no nos lo hemos inventado nosotros—. Que veamos las aportaciones que se dan desde el Papa Francisco —¿no?— desde la última aportación que ha hecho. Que como decía, es una confluencia de afluentes. Y que bueno, pues que vayamos adelante.

Quiero darte las gracias. Y a todos los que colaboráis en estas reflexiones. Yo os doy las gracias, porque esto es una tarea ardua. Pero estamos hablando de personas. No son los migrantes. O no es un problema. Me resisto a pensar que es un problema. No. No es el problema de las migraciones. Son las personas que están llegando. Que Europa siempre se ha construido así. Y que ahora llegan de una forma nueva que tendremos que pensar, proponer y aportar. Y ahí estamos los cristianos con ese deseo: aportar nuestra tradición y nuestra reflexión actual a construir esa nueva mentalidad. Y construir esa antropología que está todavía moldeándose.

Pues como decía, el dedicar una tarde con el calor que hace fuera —aquí también— a esto, es también de agradecer. Yo os lo agradezco, porque confío que cada uno en vuestras responsabilidades, en la visión que tenéis, podéis llevarlo. ¿No? Pues adelante.

Gracias, Josema, por el esfuerzo, por lo que ha costado —porque sale, ya no sale, no sale— pero todavía tres meses… tres meses más ha costado un poquito. Pero en este parto largo, ahora vemos que efectivamente hay sed de escucharlo y de leerlo. Pues adelante. Y ahora tienen que venir más. Es decir, tienen que venir más reflexiones. Tenemos la primera. Pero según van pasando el tiempo, vamos a tener que desarrollarlo. Ya se ha empezado desde las fórmulas nuevas de ciudadanía, desde las nuevas reflexiones que podemos aportar. Pues adelante. Es una suerte.