El Papa pide a los padres sinodales que no traten de imponer agendas

El Papa pide a los padres sinodales que no traten de imponer agendas

A las 9:30 de esta mañana, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre Francisco presidió la Santa Misa con motivo de la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, bajo el tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

Tras la proclamación del Evangelio, el Papa pronunció la homilía recordando la memoria litúrgica de los Santos Ángeles Custodios. El Pontífice ha recordad que «el Sínodo es un camino en el que el Señor pone en nuestras manos la historia, los sueños y las esperanzas de un gran Pueblo: hermanos y hermanas dispersos por todo el mundo, animados por nuestra misma fe, movidos por el mismo deseo de santidad, para que con ellos y para ellos intentemos comprender cuál es el camino a seguir para llegar a donde Él quiere llevarnos».

«Una forma es acercarnos con respeto y atención, en la oración y a la luz de la Palabra de Dios, a todas las contribuciones recogidas en estos tres años de trabajo, de compartir, de confrontación y de paciente esfuerzo de purificación de la mente y del corazón», continuó el Santo Padre.

El Papa ha advertido de que «se trata, con la ayuda del Espíritu Santo, de escuchar y comprender las voces, es decir, las ideas, expectativas y propuestas, para discernir juntos la voz de Dios que habla a la Iglesia».

En ese sentido, el Pontífice ha afirmado que «no puede escuchar la voz del Señor quien, con arrogancia, presume y pretende tenerla en exclusiva. Concretamente, cuidemos de no transformar nuestras contribuciones en puntos a defender o agendas que imponer, sino que ofrezcámoslas como dones para compartir, dispuestos también a sacrificar lo particular si eso puede ayudar a hacer nacer algo nuevo según el plan de Dios».

Para Francisco, «la Iglesia es, por vocación, un lugar acogedor, donde «la caridad colegial exige una perfecta armonía, de la que proviene su fuerza moral, su belleza espiritual, su ejemplaridad»». Así mismo, resaltó que «lo que importa, lo fundamental, es la armonía, y esta solo puede ser creada por el Espíritu Santo. Él es el maestro de la armonía, capaz de crear una sola voz con muchas voces diferentes».

«El Sínodo, dada su importancia, de alguna manera nos pide ser «grandes», en la mente, el corazón, la visión, porque son «grandes» y delicados los asuntos a tratar, y amplios, universales los escenarios en los que se sitúan. Pero, precisamente por esto, no podemos permitirnos apartar la mirada del niño, que Jesús sigue poniendo en el centro de nuestras reuniones y mesas de trabajo, para recordarnos que la única forma de estar «a la altura» de la tarea que se nos ha encomendado es bajarnos, hacernos pequeños y acoger a los demás con humildad. El más grande en la Iglesia es aquel que más se humilla», agregó el Obispo Roma.

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