Mons. Santiago Gómez: «No tengamos miedo de proponer a los jóvenes entregar sus vidas al Señor en el sacerdocio»

Santiago Gómez, obispo de Huelva

Con motivo de la inminente celebración del día del seminario el próximo 19 de marzo, el obispo de Huelva, monseñor Santiago Gómez Sierra, ha animado a los fieles «a tomar conciencia de la importancia de los sacerdotes para la vida cristiana y de la necesidad de orar y trabajar por nuestro Seminario Diocesano y por las vocaciones al sacerdocio».

Recordando la cita del profeta Jeremías: «Os daré pastores según mi corazón» (Jer 3,15), el obispo de Huelva destaca que es el Señor mismo quien «promete dar pastores según su corazón». Pastores -prosigue el obispo- «que apacienten al rebaño según la voluntad del Altísimo».

Gómez Sierra subraya que «en Él, el Padre nos da al Pastor que manifiesta su amor hasta el extremo (cf. Jn 13,1). Un amor que sigue haciéndose presente en nuestro mundo a través de los sacerdotes, los cuales, configurados íntimamente con Jesucristo, actúan en su nombre y en su persona».

«En una sociedad cada vez más secularizada y donde Dios parece estar cada vez más lejos del horizonte de nuestros contemporáneos, necesitamos sacerdotes entregados y llenos del fuego del Espíritu para llevar las personas a Dios», escribe el obispo onubense.

Es por eso que para el obispo Gómez Sierra, «la primera tarea es la de pedir al Padre que nos dé pastores según su corazón: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Lc 10,12). Ese es nuestro primer deber como Iglesia, acudir al Padre, fuente de todo bien, para que suscite vocaciones a la vida sacerdotal».

«En esa línea, la Delegación Diocesana de Pastoral Vocacional, junto con el Seminario Diocesano, ha hecho llegar a todas las parroquias unas preces para que en las Misas de todas las semanas se pida por las vocaciones a los diferentes estados de vida cristiana, especialmente al sacerdocio ministerial», agrega el obispo.

Monseñor Santiago Gómez Sierra insiste en señalar que «junto con la oración, trabajemos para que los jóvenes de nuestra diócesis se pregunten por su vocación. Os invito a estar cerca de ellos. Acompañémoslos en sus inquietudes y no tengamos miedo de proponerles entregar sus vidas al Señor en el sacerdocio».

««Padre, envíanos pastores». Que esta sea nuestra súplica como Iglesia diocesana al Padre, para que muestre su bondad para con nosotros enviándonos vocaciones al sacerdocio para nuestra diócesis y para la Iglesia universal. Recemos por nuestro Seminario Diocesano y ayudemos también en la medida de lo posible con nuestra aportación económica a la formación de los futuros pastores», concluye la misiva del prelado.

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