El cardenal Grech, secretario del Sínodo, fue el encargado de celebrar la Misa ayer miércoles en la catedral de Praga tras las reuniones sinodales del día.
En un ambiente cada vez más tenso en Praga, provocado especialmente por la corriente reformista-protestante que lideran los alemanes, el purpurado maltés aprovechó la homilía de la Misa para dejar algunas cosas claras.
No hay que perder de vista que haber convocado este Sínodo sin instrucciones claras ya fue el primer y gran error que ahora será difícil de subsanar. A lo que vamos, Grech afirmó en su homilía que «el proceso de consulta mundial está ahí para comprender mejor lo que hace que la Iglesia Católica sea Una, Santa, Católica y Apostólica» El cardenal celebró la Misa a la que asistieron delegaciones de 39 conferencias episcopales de todas partes de Europa.
El Cardenal de la Curia responsable de conducir el Sínodo dijo que «todos los días tenemos que preguntarnos qué nos hace diferentes como Iglesia Católica. La respuesta no es estática, debe entenderse como una relación dinámica».
«La respuesta no es estática, debe entenderse como una relación dinámica. Por lo tanto, mira con esperanza el sínodo mundial en curso sobre el tema de la sinodalidad. Espera que no se trate de una distinción excluyente que aclare quién está adentro y quién está afuera. Tal distinción, que no crea relación, es tan absurda como una relación que incluye todo sin distinción», añadió Grech quien al mismo tiempo aseguraba que «reza por el surgimiento de una Iglesia que sea a la vez distinta y relacionada».
La etapa europea del Sínodo Mundial, que se reúne en Praga, comenzó el domingo por la noche y terminará el sábado. Estas semanas también se están llevando a cabo reuniones continentales en otras partes del mundo para discutir una renovación fundamental de la Iglesia Católica. Culminarán en una reunión mundial en Roma en octubre.