Hemos entrevistado a Jesús Fernández, obispo auxiliar electo de Santiago de Compostela, que recibirá la ordenación episcopal el próximo 8 de febrero.
¿Podría contarnos cómo surgió su vocación al sacerdocio?
Comenzó de muy niño. Yo tenía menos de once años. Soy de una familia religiosa (tengo una tía asuncionista, un tío marista…) y el sacerdote era una referencia para el pueblo, y yo me fijé mucho en él, me fijaba en lo que hacía, en su modo de actuar, en su modo de unir a la gente, de hablarnos de Dios, de celebrar la Eucaristía… Es verdad que eran otros tiempos en los que la cultura y el ambiente social eran muy proclives a la vocación… Así que con once años entré en el seminario menor de León y estuve ahí hasta allí hasta que fui ordenado sacerdote a los 24 años.
¿Cómo se desarrolla la vocación, desde que uno entra al seminario tan joven hasta que se ordena?
La vocación va madurando a través de la oración, de la formación humana y cristiana, de la celebración de la fe, de la convivencia, de los compromisos a favor de los otros, y en esa maduración, que fue bastante tranquila y pacífica, fue clave para mí el seminario. Un tiempo antes de la ordenación tuve una crisis, que creo que fue buena porque las crisis ayudan a crecer, donde me planteaba si este tema de la vocación no sería un lavado de cerebro, y entonces descubrí, con ayuda de los formadores y del Señor a través de la oración, que realmente Dios me llamaba a ser presbítero.
Y han pasado muchos años y usted ha sido designado por el Papa Francisco para asistir al Arzobispo de Santiago como su Obispo Auxiliar. ¿Cómo recibió esa llamada del nuncio? Desde luego no me esperaba esa llamada y la recibí con sorpresa y con inquietud. Sorpresa porque lógicamente nosotros nos preparamos para ser sacerdotes, no para ser obispos. Inquietud porque esa llamada exige dejar tierras, desarraigarse, despedirse de compañeros de trabajo, de la tierra, del obispo, con quien tengo relaciones muy fraternas. Para mí era una inquietud en ese sentido y además al no saber exactamente cómo va a ser tu ministerio episcopal te haces muchas preguntas, surgen muchas dudas: “¿Seré capaz?” “¿Podré?”.
Por otra parte la fe te da la convicción de que cuando Dios pide algo Él va a dar la fuerza suficiente. Además la oración de mucha gente que está pidiendo por mí me va haciendo asumir la nueva encomienda y me va ayudando a entender que es una llamada de Dios que no puedo dejar de seguir y en cuya respuesta debo ser generoso.
¿Cuándo tendrá lugar su ordenación episcopal?
La ordenación será el 8 de Febrero a las 11 de la mañana, con la presencia principal del Arzobispo de Santiago, del Nuncio de su Santidad en España y del Obispo de León.
¿Tiene ya decidido cuál será su lema episcopal?
Sí. “Evangelizare Pauperibus”, tomado de Lucas 4, 18.
Muy del Papa Francisco…
Es un texto que ya en mi ordenación presbiteral figuraba en las invitaciones. Me gusta mucho porque resume muy bien lo que Jesús dice que es su tarea: He sido enviado para evangelizar a los pobres, a los necesitados.
¿A qué santos tiene especial devoción y por qué?
Especialmente a San José, patrono del seminario.Además me conmueven especialmente los mártires del Siglo XX, S. Pedro Poveda, el leonés S. Julián Alfredo, etc, por la referencia cercana que suponen.
¿Cómo se prepara una homilía?
La predicación para un sacerdote es básica, es fundamental. En este tiempo, dadas las circunstancias, de indiferencia religiosa y de muchos que se alejan, y de escasez de formación de los que están dentro, lo prioritario de un pastor creo que es la formación religiosa, y dentro de eso la homilía, que es lo más escuchado y lo más atendido por los fieles.
¿Cómo lo planteo? Me parece fundamental al plantearlo responder a tres preguntas:
Primero una aproximación a ¿qué dice el texto? Y para ello a veces me apoyo en estudios exegéticos.
En segundo lugar me pregunto ¿qué me interpela a mí esa palabra de Dios?
Por último, intento ver ¿qué me pide Dios que diga a los demás?
Resulta alarmante el aumento de divorciados entre los fieles, de hecho el Papa ha convocado un sínodo extraordinario para tratar la pastoral familiar. ¿Cuáles cree que podrían ser los pasos a dar en ese sentido?
Me parece que las situaciones que viven esos matrimonios son muy dolorosas. No conozco casos en los que esa separación no haya sido dolorosa, salvo en los programas rosas, que son bastante postizos, de pintura o barniz exterior, que intentan hacernos creer que esto no lleva consigo ningún tipo de sufrimiento. A mí me parece que toda separación conlleva sufrimiento.
Es importante que en esas circunstancias, incluso antes de la separación, tengamos presencia. Es verdad que los sacerdotes a veces no conocemos todas las circunstancias, pero tenemos que estar presentes para acompañar a las personas en esas dificultades, para que puedan encontrar nuestro consejo y apoyo. Es verdad que no tenemos soluciones mágicas pero es estar cerca de ellos, transmitirles cercanía humana, que debe aspirar a ser cercanía en la fe, una cercanía que les ayude a dar respuesta a la situación en que viven.
Parte de esa ayuda y orientación les puede venir también de los Centros de Orientación Familiar que la Iglesia pone a su disposición. De cualquier modo, el mejor modo de solucionar los problemas es prevenirlos. En ese sentido, la diócesis de León ha puesto en marcha un catecumenado para novios cristianos que, en un ambiente de serenidad y fraternidad, les procura conocimiento mutuo, maduración en la fe, visión cristiana del matrimonio, etc.
Nosotros hemos denunciado en Infovaticana el caso de MegastarFM, que utiliza con frecuencia imágenes eróticas en sus comunicaciones. Además hay muchas quejas por la tendencia de 13 tv… ¿Cree que los medios de la Conferencia Episcopal representan fielmente los principios cristianos?
Son muchísimos los intereses que hay que salvaguardar. Yo a nivel particular puedo estar más o menos de acuerdo, pero siempre defenderé una neutralidad política, la Iglesia debe ser lo más neutral posible, pero ¿cómo se sustancia eso?
Además, si uno se mueve en un nivel puramente teórico tampoco ilumina suficientemente la conciencia de los fieles, pierde audiencia y pasa a ser insignificante desde un punto de vista comercial y quizás no pueda tampoco sobrevivir… En el caso que Vd. plantea, creo que se están entremezclando intereses comerciales con intereses de otro tipo.
Como principio está claro que debemos mantener una máxima neutralidad aunque eso no significa que el punto de vista cristiano se deba acallar: hay problemas como los que hablábamos hace un momento del aborto, de la injusticia social, etcétera, en que debemos aprovechar nuestros medios para que la conciencia ciudadana y de nuestros fieles esté bien formada. El partidismo no me parece acertado, pero los tertulianos tienen también su autonomía y su propia opinión y tampoco se la podemos acallar. No podemos convertir Cope y 13tv en lugares donde se hable sólo de temas específicamente religiosos, su ideario no los contempla así. Al lado de medios que ofrecen contenidos puramente religiosos, como puede ser Radio María, que es muy respetable y hace mucho bien a personas creyentes, se necesitan también medios que ayuden a crear conciencia social en la gente que está en el mundo y tiene que intervenir en temas sociales, económicos y políticos; medios que, en fin, cooperen en el diálogo fe-cultura.
¿Qué opina de las palabras del Papa Francisco en las que critica el «carrerismo» en la Iglesia, el querer utilizar una diócesis pequeña para acceder a otra más grande? ¿Cree que eso se da en nuestro país?
Yo, en la corta experiencia que tengo, no lo he detectado. En España no creo que sea problema importante porque, entre otras cosas, los tiempos no son fáciles. No supone ningún aliciente importante ser obispo hoy en España. Ahora bien, como seres humanos que son, también los obispos están sujetos a esas tentaciones de poder, de aspirar a puestos más altos.
¿Qué supuso para usted la renuncia de Benedicto XVI?
Para mí es un gesto ejemplar, por razón de la humildad que supone el que una persona que tiene la máxima importancia dentro de la Iglesia, al ver sus limitaciones físicas y psicológicas para afrontar unos retos importantes, deje paso a otro. Me parece un gesto de humildad, de sabiduría y de fe, fe porque entendió que esa era la voluntad de Dios y no dudó en dar ese paso.
El Papa habla con mucha frecuencia del diablo, de sus tretas y sus maniobras ¿Cuál cree que es el mayor logro del diablo en la sociedad actual?
La insensibilidad ante la muerte de inocentes. La muerte y la violencia, como el caso del aborto, que está de suma actualidad.
Ser capaz de anteponer la libertad de una persona, en este caso de la madre, sobre la vida de otra es perverso.
También es perverso que haya tanta injusticia, tanta manipulación de la verdad, tanto paro, tanta pobreza, el maltrato de niños, de mujeres, de personas débiles…
Sin duda también son un logro del diablo las numerosas leyes inicuas que se aprueban en occidente
Sí, pero es verdad que los políticos tienen que gobernar para personas de ideologías diferentes, y no sólo para los católicos. Aun así nosotros entendemos que hay unas líneas rojas que no se deben sobrepasar, el problema es cuando se superan esas líneas rojas y además sin ningún problema, sin ningún remordimiento. Creo que ahí hay una dificultad. Por supuesto también es un triunfo del maligno el hacernos creer que nosotros somos dioses y que se expulse a Dios de la vida pública, de modo que sintamos vergüenza de llamarnos católicos.
Es una cosa que siempre me ha llamado la atención: hay muchas cuestiones muy privadas, muy particulares, como por ejemplo la orientación sexual, que a nadie se le ocurre decir “esto no lo digo en público porque falta el respeto a otros”. No, para eso hay derecho, para eso no hay que morderse la lengua. Podemos hablar de cualquier cuestión escabrosa, afectiva, sexual, pero no podemos hablar de Dios, porque faltamos al respeto a los que no creen. Creo que esto es una verdadera locura.
¿Puede un católico votar a un partido que no defienda explícitamente los Principios no negociables definidos por Benedicto XVI?
El problema que tenemos los votantes es que, y esto está dicho con frecuencia, no hay ninguno confesional, ningún partido refleja 100 % lo que sería la Doctrina Social de la Iglesia, con lo que se nos reclama un discernimiento para saber cuál es aquel que se aproxima más a lo que debería ser el ideal cristiano.
¿Y la solución pasaría por hacer partidos confesionales?
Yo creo que no, porque de hecho la historia demuestra que no han sobrevivido, porque la mentalidad de la gente es que una cosa es la fe y otra la política. Además, hay diversas soluciones políticas cristianamente aceptables. Todos tenemos el deber y el derecho a intervenir en política: los pastores y los consagrados, situándonos en el ámbito de los grandes principios y ayudando a desarrollar y a preservar la conciencia moral de la gente, lo que indirectamente repercutirá en la acción política concreta. Y los laicos haciendo política de acuerdo con sus convicciones y a través de la mediación que supone un partido o un sindicato concreto.
¿Cómo valora el anteproyecto de ley del aborto que ha anunciado el gobierno?
La ley de 1985 lo despenalizó en los supuestos de grave peligro para la salud física y psíquica de la madre, concediéndole un plazo indefinido de tiempo para realizarlo, en el caso de violación, a realizar en las doce primeras semanas, y en el de malformación del feto, a realizar en las 22 primeras semanas. La del 2010 lo liberó hasta la semana 14, alargando el plazo hasta la semana 22 en el caso de riesgo para la salud de la madre y, de forma indefinida, en el de graves malformaciones en el feto. Una diferencia esencial en ambos casos fue la que introdujo la ley del 2010 que pasó a considerarlo un derecho de la madre. Finalmente, el proyecto de ley anunciado por el gobierno deja de considerar el aborto como un derecho de la mujer para considerar también el derecho que tiene el embrión como ser humano vivo que es. Además, suprime el supuesto despenalizador de la malformación del feto, lo que viene a ser un gesto importante que dignifica a los disminuidos físicos y psíquicos que viven en nuestro mundo. Ambos criterios son acertados.
La postura de la Iglesia, como usted sabe, es aborto cero, no sólo desde el punto de vista de la fe sino desde el punto de vista de la dignidad humana. El embrión es un ser humano y no se le puede eliminar, porque nosotros no somos dueños de la vida. Además, pensando que eliminas un problema en realidad generas otros, porque la propia mujer que aborta va a tener muchísimos problemas y va a sufrir mucho.
No sólo estamos defendiendo la vida del embrión sino la vida de la madre, que eso sí, necesitará la ayuda suficiente para seguir adelante con su embarazo, y en eso tenemos que ser muy coherentes los cristianos y colaborar con las instituciones, que las hay, que favorecen la vida y que apoyan a madres que están en dificultades, para tener a sus hijos y a mantenerles con dignidad.
¿Qué legislación sobre convivencias homosexuales cree que podríamos admitir los católicos?
El cristiano respeta a todo el mundo, y es partidario de estar cerca y apoyar a las personas y hacerlas sentir dignas. Un cristiano no puede estar en contra de los homosexuales, como seres humanos que son, sino que tiene que ayudarles a desarrollarse como personas. Eso no significa que estemos cómodos con la homosexualidad como opción personal.
Además, nos parece muy injusto que se equipare el matrimonio entre homosexuales con el matrimonio entre un hombre y una mujer, porque no son los mismos los beneficios que aportan a la sociedad uno y otro matrimonio. Desde un punto de vista humano, racional, no hablo de fe, no es lo mismo un matrimonio entre hombre y mujer, que es fuente de vida, que es referencia social, que crea un núcleo de desarrollo humano…
Por tanto, nada que objetar a que se les favorezca, se les ayude a desarrollar su proyecto, pero la Iglesia siempre ha tenido reservas a que se le llame matrimonio, porque conceptualmente son realidades distintas. El uso de un término u otro no es inocente, es muy distinto que se les llame uniones o que se les llame matrimonio.
Evidentemente no es lo mismo una cosa que otra, y la familia formada por hombre y mujer debe ser apoyada mucho más de lo que lo es porque los beneficios sociales que aporta son enormes. Por cierto, el envejecimiento y la disminución de la población es un problema serio en esta parte de España y no he oído nunca a ningún político ni a ningún intelectual laico defender a la familia formada por un marido y una esposa como fuente de vida y desarrollo social.
¿Cree que la unidad de España es un bien moral?
La unidad siempre es un bien moral, el problema es dónde se ponen las fronteras. Yo soy partidario de que las fronteras deben ser el mundo entero, pero una vez dicho esto, que queda muy bonito, tengo que decir que me parece un bien moral que España esté unida. ¿Por qué? Desde el punto de vista meramente racional, se puede asegurar que ningún proyecto humano serio puede levantarse sobre el vacío o sobre la mentira. Desgraciadamente, en estos momentos, hay comunidades autónomas españolas en las que se quiere hacer borrón y cuenta nueva del pasado, se quiere reescribir la historia y construir proyectos nuevos en el aire o sobre bases cuasi-mitológicas.
El momento presente de cada comunidad no se entiende sin las relaciones que ha venido teniendo a lo largo de siglos dentro de España. Esa comunidad es lo que es gracias a una serie de relaciones, donde ella ha dado y ha recibido, que no se pueden romper de la noche a la mañana, porque romper de la noche a la mañana significa que queremos reinventar la historia, que queremos empezar de cero, y hay pocas cosas que se empiecen de cero.
Por tanto a mí me parece que es un bien moral la unidad de España, pero también es verdad que yo no soy partidario de fronteras y por tanto no soy partidario de que haya confrontación sino de que haya diálogo, y de que la situación en que vivimos se intente arreglar con diálogo.
Bien es verdad que a veces uno se da cuenta de que hay muchos que hablan a la vez y no escuchan. Tenemos que escuchar más y dialogar más.
¿Hay algún movimiento, institución u orden religiosa de la Iglesia que le guste especialmente o al que pertenezca?
Nuestra Iglesia está enriquecida con múltiples carismas, ministerios, órdenes religiosas, movimientos laicales… Todos, en comunión, entonan una hermosa pieza polifónica y, en todos encuentro algo por lo que dar gracias a Dios. Personalmente, sin embargo, me identifico con la figura del presbítero diocesano.
¿Qué cambiaría de la Iglesia?
Lo esencial es que Dios debe ser Dios. Esa mundanización de la que habla el Papa Francisco es justamente quitar a Dios del centro. Lo principal es que Dios sea Dios, el Dios de cada uno y el Dios de la Iglesia.
Esto significa conversión personal, aunque la conversión estructural también es necesaria y debe completar esa conversión personal, pero mientras no exista la conversión personal de cada uno el peso del pecado será mayor. Por tanto la primera urgencia creo que es la conversión de cada uno a Dios, a Jesucristo, que Él sea el centro de nuestra vida.
Por otra parte creo que es importante convertirnos a la Iglesia, la mediación eclesial es fundamental y sin embargo el individualismo actual y el anticlericalismo ha hecho que la Iglesia sea denostada como si fuese una institución formada por personas poco ejemplares, poco dignas de crédito en lo que dicen y en lo que hacen… Yo creo que esa conversión debe ser a la comunidad, reforzamiento de la comunión, que se alimenta de la Eucaristía como sacramento de la Comunión.
Por último la reforma de llevarnos a ser más misioneros, porque la comunión no es para que nos encerremos en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, diócesis… sino para salir a las periferias, para ser misioneros, y para eso hace falta una conversión pastoral. Nuestra pastoral ha de hacerse a pie de calle, siendo cercana a las personas que sufren, a los desorientados, a los que no encuentran sentido a la vida, a los que tienen problemas de todo tipo. Esa proximidad, a la luz y al calor del evangelio, puede ayudar a la tarea que tenemos por delante.
¿Qué recuerdos guarda de su encuentro con el Papa Francisco?
Recuerdos de una persona muy acogedora, muy alegre (se le nota la alegría de la fe) y muy espontánea. Te sientes muy a gusto a su lado.
De las virtudes ¿hay alguna en la que le guste poner especial énfasis?
Podríamos hablar de muchísimas, todas son importantes, pero la prudencia, para saber discernir bien dónde está el Señor, poder descubrirle, ver su presencia como principio de esperanza para todos. En un mundo como el actual, me parecen también de la máxima importancia la justicia y la misericordia.
¿Qué libros está leyendo ahora?
La exhortación apostólica Evangelii Gaudium, y estoy leyendo alguna cosa en gallego también para ir aprendiendo.
¿Qué música escucha?
Escucho poca música, y la que escucho es más bien música clásica. De joven tocaba la guitarra y cantaba. Me gusta todo menos la Heavy, menos la que es un poco fuerte.
¿Tiene alguna película favorita?
“De Dioses y hombres” me impresionó mucho. Además pastoralmente se ve la inculturación de la fe, la convivencia entre cristianos y musulmanes, y la fortaleza de aquellos hombres, cómo van madurando hasta entregarse del todo… Es una maravilla.
¿Si no hubiera sido sacerdote, en qué le habría gustado trabajar?
Posiblemente hubiera sido profesor, pero esta pregunta no me la había hecho nunca.
¿Con qué personaje del siglo XX le gustaría tomar un café y charlar?
Con Juan Pablo II, por los años en que coincidió mi ministerio con su pontificado.
Por último y para terminar ¿Le gusta Infovaticana?
No tengo ninguna crítica para haceros, pero también debo decir que dedico poco tiempo a Internet por falta de tiempo, sólo entro para enviar y recibir mensajes.
¿Qué diría a un grupo de laicos interesados por informar sobre la Iglesia? ¿Cuál cree que debe ser nuestra actitud ante temas “delicados” sobre los que informar, o ante divisiones o actuaciones censurables de miembros de la jerarquía eclesiástica?
Los laicos son mayores de edad. No podemos llevarles de la mano en todo. No nos debe hacer daño el que nos digan las cosas, siempre que se digan con caridad, yo creo que más bien nos ayuda. Lo mismo que un padre a su hijo le llama la atención desde el amor, y un hijo a su padre le puede decir algo, también desde el amor.
Dentro del amor a la Iglesia se debe, proféticamente, indicar los errores que se ven, porque somos seres humanos y cometemos errores.
En cualquier caso, debemos mostrar el máximo respeto a vuestra libertad, como mayores de edad que sois, y si vuestra crítica es realizada desde la verdad, desde el amor y desde la comprensión, habremos de tenerla en cuenta.
Muchísimas gracias por su atención y por dedicar su tiempo a Infovaticana.com
Ayuda a Infovaticana a seguir informando