Ante los rechazos de algunos a carismas de la Iglesia que me parecen admirables

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Pensé en contestar a Fatherderk en la entrada que dedique a Iesu Communio pero luego creí que siendo su actitud compartida por algunos otros mejor sería una respuesta general a todos los que incurren en lo que señalo, encerrándose en actitudes tan similares que hasta parecen clónicas. Dicen lo mismo, repiten lo mismo, todos parecen el mismo.

Por supuesto que acepto su derecho a pensar como les dé la gana y a expresarlo en el Blog. Es meridiano que sus opiniones al respecto, tan distantes en eso de las mías, no reciben la menor censura y no son borradas salvo que alguno se exceda demasiado en el lenguaje. Pero también pienso que debo dejar claro cual es mi opinión y por tanto la del Blog. No así la de los comentaristas que responden de la suya.

Aunque la respuesta está muy personalizada en la manifestación que el comentarista citado hizo en la entrada que dediqué a Iesu Communio, y ahí la encontraréis, es aplicable a todos los que compartan su pensamiento, en el grado que sea. Total o parcial.

Fatherderek: No conoce usted el tema. Sor Verónica no fagocitó ni humilló a nadie. Cuando ella entró en las clarisas de Lerma hacía veinte o veinticinco años que no tenían una vocación. Con su carisma personal atrajo numerosísimas vocaciones y tras un largo discernimiento apoyado por la Iglesia decidieron que su vocación era de otro tipo. Las clarisas mayores, que eran bien pocas, decidieron todas quedarse con ellas y algunas quisieron conservar su hábito franciscano cosa en la que no tuvieron en menor problema.

Según el criterio de usted Santa Teresa humilló y fagocitó a las carmelitas, San Juan de la Cruz a los calzados, los cistercienses a los benedictinos, los trapenses a estos, las Siervas de Jesús a las de María, o estas a las otras, las de Bérriz a ya no me acuerdo quien, los capuchinos a los franciscanos, las que abandonaron a las fundadas por el beato Spínola a las que se quedaron, las de Santa María del Sagrado Corazón y las también admirables de la Compañía de María de Talavera a aquellas de las que se escindieron…

La relación puede ser mucho más larga. Hay que ver la de humillados y fagocitados que ha causado la Iglesia y hasta grandes santos de ella.

Tampoco entiendo la fobia que tiene a la tela vaquera como si hubiera telas pecado. Cosa que si de verdad se la creyera se lo debería consultar. Varias de las religiosas que me parecen más admirables y que además son de las poquísimas que crecen, llevan hábito de tela vaquera: Iesu Communio, Hogar de la Madre, Verbo Encarnado, Hermanitas del Cordero. A mí me parecen admirables y a usted al parecer una desgracia. Pues ya ve que tenemos en eso juicios totalmente opuestos. Usted es muy dueño de tener el que le dé la gana pero los demás tenemos el mismo derecho que usted a tener el nuestro. Si hasta los benedictinos de Le Barroux, tradicionales donde los haya, para las labores que requieren esfuerzo físico se visten un hábito de tela vaquera. Yo lo he visto.

Y lo mismo digo de su posición contra lo poco que crece en la vida religiosa. Que en vez de alegrarle le revuelve las tripas. Le aseguro que se vive mucho más feliz gozándose de los muchos carismas que tiene la Iglesia que limitándose a unos pocos. Mi admiración y afecto por lo que usted aborrece no me impide gozarme con la Compañía de la Cruz, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, las clarisas de Soria y de Cantalapiedra, las carmelitas de 1990 y algunas más que me parecen admirables.

Y lo mismo digo de los kikos aunque algunas cosas de ellos no me agraden. Pero el balance me parece mucho más positivo que negativo. De verdad no entiendo esa oposición frontal, incluso visceral, a algo que la Iglesia aprueba y bendice. Y son ya varios los Papas claramente involucrados en ello. Todos tenemos aspectos negativos, hasta los Papas, y nótese que lo digo en plural. Cabe por supuesto señalarlos con mayor o menor acierto. Y hasta es posible que en ocasiones hasta equivocadamente.  Creo que en la próxima entrada, o en la siguiente, me voy a hacer eco de una crítica muy reciente a una actuación del Papa Francisco que no era del Papa.

También son importantes para cada uno sus propios gustos particulares y es normalísimo que se expresen. Pero debería hacerse sin elevarlos a regla universal que excluye de la Iglesia a quienes no los sigan. Es clarísima mi posición sobre el atuendo sacerdotal pero ella no me lleva a expulsar de la Iglesia a quienes no la siguen. Serán desobedientes, equivocados, modernísimos, atractivos para la gente o repelentes, lo que cada uno quiera pensar y decir. Con acierto o sin él. Pero los deshabitados y las deshabitadas no son réprobos de Satanás por ir de camuflaje.  Aunque alguno pudiera aproximarse a eso por otros motivos.

Gracias a Dios la misa ha perdido buena parte de su virulencia para entrar en vías de mayor normalidad. Ya son muy raros los del odio cerril y expreso a la nueva o la vieja. Ambas son santísimas, celebradas como la Iglesia quiere y quedan a la devoción de los fieles por una u otra. Aunque permanezcan algunas zancadillas episcopales sobre todo por parte de obispos con menos luces que un eclipse. Que hay unos cuantos.

Dar consejos suele ser tarea inútil y más a personas que no quieren recibirlos. Uno es muy poco aconsejador, simplemente me limito a opinar. Y que cada cual tenga las opiniones que le dé la gana. Hoy sin embargo voy a hacer una excepción aun a sabiendas de su inutilidad. Abrid vuestros corazones a todo lo que no sea intrínsecamente malo aunque no os parezca lo mejor. Disfrutad la Iglesia, que Cristo la instituyó para que la gozáramos y no para que la sufriéramos. Señalad por supuesto sus defectos para que se corrijan, aunque nos podamos equivocar en algún caso, pero no hagáis de ella la sede de todas las maldades en la que todo es llanto y crujir de dientes porque eso no es la Iglesia sino el Infierno. Y menos haciendo capital chorradas como la tela vaquera. Lo que no quiere decir que no cabe que a algunos les puedan gustar más otras telas. Pero eso ya son nimiedades. Como la guitarra. Que no es el menor pecado en sí misma. Aunque uno prefiera el órgano o el armonio. Yo no protesto de la guitarra sino del tachunda chunda que es bien distinto. Y que impide la oración, el recogimiento y es hasta un atentado estético. Incluso estoy dispuesto a admitir el tachunda en una misa nocturna de un campamento juvenil o en una diurna también para jóvenes con gustos estragados. Pero en las habituales y con canciones que además no conoce nadie me encocoran y me busco otra misa. Estupendo la música para Dios, el ruido, estridente, machacón y repetitivo me parece un espanto.

Creo que debería decir esto. Y luego que los que quieran sigan diciendo lo malos que son los kikos, como fagocitan las parroquias, será de los párrocos que se dejan fagocitar, el espanto de Iesu Communio, se ve que jamás las han visto o tienen ya unas dioptrías que no permiten ver y que deberían operarse, o lo autorreferencial que es Sor Verónica que a mí, que la conozco algo, me parece una mujer y una religiosa excepcionalísima.

 

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