El empresario tecnológico Elon Musk ha vuelto a advertir sobre los peligros de los anticonceptivos hormonales, citando nuevas investigaciones que los asocian con cambios en el cerebro, depresión, riesgo de suicidio y alteraciones en el comportamiento social.
Musk reaccionó a la publicación de un estudio que señala que las mujeres que utilizan anticonceptivos muestran respuestas emocionales más intensas que aquellas con ciclos naturales y, al mismo tiempo, recuerdan menos detalles de eventos negativos.
Otra investigación del año pasado reveló que estas sustancias provocan la reducción del córtex prefrontal ventromedial, región cerebral vinculada al procesamiento del miedo y al control de las emociones. “Lean las advertencias en la caja de cualquier cosa que tomen”, recomendó Musk en respuesta.
Riesgos físicos y psicológicos señalados en estudios previos
El magnate ha denunciado en más de una ocasión los efectos secundarios de los anticonceptivos. En 2023, afirmó que la píldora “engorda, duplica el riesgo de depresión y triplica el riesgo de suicidio”, algo que calificó como “consenso científico” poco difundido.
Además, diferentes estudios han relacionado el uso prolongado de estas sustancias con cáncer de mama, pérdida de cabello, riesgo de diabetes gestacional, trombos, infartos, endurecimiento arterial, glaucoma y cáncer de cuello uterino.
En 2005, la Organización Mundial de la Salud clasificó los anticonceptivos químicos como carcinógenos de Grupo 1, la categoría más alta de evidencia científica sobre su potencial cancerígeno en humanos.
Efectos sobre la atracción, la fertilidad y el cerebro
Investigaciones de la última década han vinculado las pastillas con problemas de memoria, alteraciones en la atracción sexual de las mujeres hacia los hombres e incluso con disfunción sexual femenina. En 2015, un estudio encontró que el uso de anticonceptivos adelgaza o reduce zonas cerebrales implicadas en la toma de decisiones y en la gestión de emociones.
Cuando se consumen durante la pubertad, los efectos pueden ser aún más graves, provocando cambios estructurales permanentes en el cerebro.
Consecuencias ambientales y sociales
Los anticonceptivos químicos no solo afectan a las mujeres, también al medio ambiente. Residuos hormonales detectados en sistemas de agua han provocado mutaciones en peces y amenazado la supervivencia de ciertas especies.
En paralelo, investigadores de la Universidad de Missouri documentaron que los varones expuestos a hormonas sintéticas presentes en estos fármacos enfrentan un mayor riesgo de cáncer de próstata y problemas urinarios.
Un trasfondo ético y cultural
Más allá de la salud, estos fármacos tienen un impacto directo en la vida humana: no solo impiden la fecundación, sino que en ocasiones actúan como abortivos tempranos, eliminando al embrión ya concebido.
Para muchos críticos, la difusión masiva de los anticonceptivos no solo degrada la visión del cuerpo y la sexualidad, sino que alimenta la cultura del aborto, al generar una falsa expectativa de control absoluto sobre la vida y su transmisión.