Los obispos ingleses cierran uno de los centros católicos de bioética más importantes

Cardenal católico relacionado con el cierre del centro de bioética católica en Inglaterra

Con profunda tristeza se anuncia el cierre del Ansco Bioethics Centrembe de Oxford, uno de los referentes mundiales en bioética desde una perspectiva católica. La decisión, comunicada recientemente al personal, ha sido tomada por motivos financieros por el órgano gestor del centro, el Catholic Trust for England and Wales, controlado por los obispos ingleses.

Este centro, activo durante casi 50 años, ha sido un baluarte en la defensa de la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural. Con un presupuesto modesto — ingresos reportados en 2023 por alrededor de £120,000 frente a gastos de £158,000 — su impacto ha sido notable en la formación de prosionales sanitarios, clérigos y laicos comprometidos con los valores católicos. Además, su trabajo ha sido clave para evitar repetidos intentos de legalizar la eutanasia o el suicidio asistido en Reino Unido e Irlanda desde 1993 hasta la actualidad.

La financiación principal del centro provenía de la propia Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, lo que hace aún más inexplicable su decisión de interrumpir este apoyo. En un momento en que el Parlamento británico ha aprobado recientemente la legalización de la eutanasia, este cierre simboliza un momento preocupante: cuando la batalla por la defensa de la vida se hace más necesaria, un centro con recursos limitados pero con gran influencia se ve obligado a cesar su actividad.

El Anscombe Bioethics Centre no solo se dedicó a la investigación académica y la educación ética, sino que fue un actor activo en la participación política, asesorando a parlamentarios y difundiendo argumentos firmes contra leyes que atentan contra la dignidad humana, como la fecundación in vitro con manipulación embrionaria o la eutanasia.

A pesar de que la eutanasia ya es una realidad legal en Reino Unido y que la presión para expandir su alcance continúa, el cierre del centro representa una derrota simbólica en la lucha ética, un repliegue en lugar de un aumento de la resistencia. La decisión de los obispos ingleses equivale a bajar las manos en una batalla fundamental para la Iglesia y la sociedad, renunciando a uno de los pocos instrumentos eficaces con que se contaba en el ámbito público para la defensa de la vida.

Resulta particularmente desconcertante que esta decisión haya sido avalada por el presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, cuya responsabilidad en este desenlace debe ser señalada con claridad. En lugar de reforzar el compromiso institucional en un frente ético cada vez más amenazado, se opta por la retirada y el silencio.

En palabras del director, el profesor David Albert Jones:

Es con gran tristeza que anunciamos el cierre del Anscombe Bioethics Centre, Oxford. A pesar de los modestos recursos, hemos logrado ayudar a generaciones a actuar éticamente en circunstancias muy difíciles. Esperamos que los recursos generados por el centro sigan disponibles y que el trabajo de defensa de la dignidad humana continúe.»

El centro agradece profundamente a los miles de donantes, comunidades y parroquias católicas — especialmente a través del fondo Day for Life — que han hecho posible casi cinco décadas de labor, y a la comunidad católica irlandesa que brindó apoyo en momentos críticos como la pandemia.

Hoy, más que nunca, ante la creciente legalización de prácticas contrarias a la fe y la ética católica, la necesidad de un compromiso renovado es evidente. La batalla por la vida y la dignidad humana no puede permitirse pausas ni renuncias.