Sanz Montes denuncia que «hay animales y plantas que disfrutan de más protección que la vida humana»

Jesús Sanz Montes

La prosa valiente y certera del arzobispo de Oviedo ha vuelto a abriese hueco esta semana con su escrito dominical en defensa de la vida.

Mientras algunos obispos celebran esta semana «el don de la vida» sin entrar a denunciar los males que atentan contra este don de Dios, monseñor Jesús Sanz no se anda con rodeos a la hora de abordar este tema crucial para la credibilidad del mensaje de la Iglesia.

En su misiva, el prelado asturiano ha puesto en valor la campaña de «40 días por la vida». El arzobispo ha afirmado que «quizás sea esta la vacunación más pertinente: evitar que el ser más indefenso pueda ser eliminado en donde presumible y deseablemente podría estar más a buen recaudo y mejor protegido». Por si había alguna duda, Sanz Montes ha puntualizado que no se refiere a «una campaña de protección ecologista en torno a alguna especie en peligro de extinción.

Sanz Montes ha denunciado ante esta situación que por desgracia «hay animales y plantas que disfrutan de más protección que la vida humana. Si existen especies animales o vegetales que tienen una alta protección, incluso con consecuencias penales, ¿por qué se ha de proteger menos la vida humana que va a nacer?»

«Esta es la cuarentena en la que un grupo valiente de cristianos se lanzan a divulgar y escenificar ante la conciencia de nuestra sociedad esta batalla por la vida, la vida de los bebés concebidos en el seno de sus madres y que corren el alto riesgo de su extinción precisamente allí en ese santuario de la buena esperanza», ha escrito el arzobispo en referencia a la campaña de 40 días por la vida.

El arzobispo de Oviedo ha remarcado que «cuando se atenta contra un niño ya concebido, se destruye no sólo su indefensa vida, sino también la de su madre de manera importante, y la de su padre en la medida de su participación, e incluso la de la sociedad entera que queda igualmente herida por su contradicción». Monseñor Jesús Sanz ha lamentado que «es un bebé en extinción por las leyes que amparan su aborto, incluso con la pretensión de ser un derecho y querer incluirlo en la carta magna de una constitución».

El prelado franciscano concluye su carta semanal destacando que «más importante que nuestras plantas vistosas, más que nuestros animales y mascotas es la vida de un niño. Cantamos las cuarenta, sí, como el canto de la vida humana, por nuestro regalo mayor con el que nos bendice Dios. Bienvenidos estos 40 días por la vida que a tantos pequeños y a sus madres han salvado ya».

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