La Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social ha hecho público su mensaje para el Día de la Caridad, que la Iglesia celebra el domingo 2 de junio, festividad del Corpus Christi, con el lema, «Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza».
Los obispos españoles invitan «a todos los cristianos, y de manera especial a cuantos trabajan en la acción caritativa y social, a actualizar este gesto en la vida diaria, haciéndonos caridad, pan que se parte y reparte entre nuestros hermanos y hermanas, especialmente los más pobres y vulnerables, hambrientos de pan, justicia y dignidad».
En el mensaje de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social se lee que «nuestro mundo está herido, lleno de sombras que obstaculizan el desarrollo de una fraternidad universal y dejan a muchas personas al lado del camino, generando un clima de desesperanza social».
También señalan a las guerras y conflictos y al «drama de las migraciones nos interpela y pone en evidencia las falacias de una globalización que genera desigualdades». Además, también denuncian que «muchas mujeres son “doblemente pobres”, pues sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia y, frecuentemente, se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos». Tampoco falta la mención a la cuestión climática ya que según los obispos, «el descuido de la casa común nos somete a todos a los grandes impactos de la crisis ecológica y el cambio climático«.
Además, señalan que en España la pobreza y la exclusión «son un fenómeno estructural que persisten más allá de la coyuntura económica general».
Tres vías prioritarias
Los obispos españoles proponen en estos tiempos tres vías prioritarias. Por un lado, «salir al encuentro de las personas más empobrecidas». La subcomisión episcopal entiende que «Cada encuentro, cada relación de ayuda significativa, cada diálogo sanador es sacramento de esperanza, especialmente para la persona más vulnerable».
La segunda vía que proponen es la de «comprometerse con el bien común». Para ello, hacen un llamamiento a «favorecer aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección para vivir la dignidad en plenitud».
En tercer lugar, proponen «tejer una comunicad fraterna» ya que «necesitamos una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante, una comunidad de pertenencia y solidaridad a la cual podamos destinar tiempo, esfuerzos y bienes».
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