El episcopado alemán ya se ha manifestado contra los partidos soberanistas, prohibiendo el voto católico a Alternativa para Alemania (AfD), e incluso ha expulsado de sus organizaciones a los militantes de este partido. Ahora un prestigioso canonista propone que se apliquen leyes canónicas contra los que expresen su apoyo a las propuestas antiinmigración de este partido.
Hoy hemos sabido -e informamos aquí de ello- que los obispos españoles han emitido un comunicado junto con la CONFER y Cáritas a favor de premiar la ilegalidad, aunque solo sea la de entrar ilegalmente en nuestro país, dando papeles a todos ellos. Curiosamente, es la primera vez, al menos en muchísimo tiempo, que el episcopado se pronuncia a favor de la ilegalidad, aunque imaginamos que seguirán oponiéndose a la ‘okupación’ de palacios episcopales.
Pero, al fin, con esto siguen, si no el Evangelio, sí el ‘evangelio’ menor de la moda ideológica, máxime en lo que se ha convertido en obsesión monomaníaca del dueño de sus destinos, siquiera en lo ‘laboral’.
Y en esta moda están todos, desde la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, entusiasta de los que cruzan por las bravas el Río Grande, hasta la alemana, que recientemente ha insistido en que un católico no puede votar a un partido que se oponga a la invasión pacífica de Alemania, es decir, al soberanista Alternativa para Alemania (AfD).
Pero siempre hay un más allá, y así en la patria de Lutero encontramos al profesor Thomas Schüller, teólogo y canonista, que se ha pronunciado pidiendo a los obispos alemanes que acompañen sus condenas a AfD con “medidas concretas”.
En el portal de información de la Diócesis de Münster kirche-und-leben.de, Schüller pide a los purpurados que impongan penas a los osados soberanistas. Herr Schüller recuerda que el artículo 7, párrafo 3 del código interno de la Iglesia en Alemania establece que las actividades contrarias a la Iglesia que puedan afectar a su credibilidad pueden castigarse legalmente. Las acciones mencionadas son tales como «hablar públicamente contra principios fundamentales de la Iglesia católica (por ejemplo, la propagación del aborto o la xenofobia)», así como la propagación de «creencias ideológicas que contradicen el contenido de la fe católica». Schüller debe andar escaso de ironía para proponer la aplicación de una norma tan escandalosamente descuidada.
Tales formulaciones tendrían que estar ancladas en los estatutos centrales de los consejos parroquiales, en los estatutos del consejo diocesano y de otros órganos. Esto se aplica tanto a los pasajes relativos a la elegibilidad de los candidatos como a la retirada de un mandato. La gente puede votar por la AfD y militar en ella, admite, benévolo, el canonista. Pero si expresan públicamente problemas en el contexto de la iglesia, habrá que intervenir con la ley en la mano.