El heterodoxo obispo de la diócesis de Hildesheim, Heiner Wilmer, ha celebrado la reciente decisión de la Asamblea Sinodal alemana de permitir la bendición de parejas homosexuales.
A pesar de que no tienen competencia para tomar este tipo de decisiones, lo que supone un grave acto de rebeldía y desobediencia a Roma, Wilmer será otro de los obispos alemanes que pasará de las palabras a los hechos y comenzará a aplicar en su diócesis las decisiones heréticas aprobadas por los obispos.
CNA Deutsch recoge una carta de siete páginas de Wilmer dirigida a los empleados de la diócesis. No olvidemos, que la Iglesia en Alemania es una de las estructuras que más empleo genera en el país. Wilmer votó «sí» a todos los textos controvertidos del camino sinodal aprobados la semana pasada, como la introducción de ceremonias de bendición para uniones homosexuales, que la Congregación para la Doctrina de la Fe había prohibido hace solo dos años.
«Para mí personalmente, esta vez fue todo menos fácil», dijo Wilmer en su carta . “En las reuniones plenarias, pero también en las cartas que me dirigieron, en las llamadas telefónicas y en las conversaciones, se expresaron expectativas y se generaron esperanzas, que no todas se cumplieron. Para algunos, las resoluciones no fueron lo suficientemente lejos, mientras que otros ya vieron una contradicción en los textos con las enseñanzas de la iglesia. La brecha entre los sínodos parecía ampliarse, las facciones se impacientaban. Algunos se frustraron temprano, otros se emocionaron, otros pude ver su sufrimiento físico o mental”.
Además de varias otras medidas implementadas en la Diócesis de Hildesheim, Wilmer explicó: “Es muy importante para mí que las personas LGBTQ reciban apoyo pastoral, espiritual y litúrgico. Acojo con beneplácito que el Camino Sinodal esté a favor de establecer un grupo de trabajo para desarrollar un folleto para las celebraciones de bendición para parejas del mismo sexo, así como para personas divorciadas que se han vuelto a casar”.