«Muchas veces me he preguntado cuál es la razón por la que hay tantas desilusiones, personas cansadas y agobiadas, ansiosas y con falta de esperanza», se pregunta Monseñor Francisco Pérez en su última carta pastoral.
El arzobispo de Pamplona cita a Bauman que «hace toda una descripción y análisis sobre los fenómenos sociales de la era moderna y la denomina como una época donde el amor, la vida y los eventos históricos actuales están sustentados en una realidad líquida y sociedad líquida».
El Administrador Apostólico de San Sebastián afirma que «la sociedad actual se basa en el individualismo y en una forma de vida cambiante y efímera. Falta solidez. Se buscan nuevas experiencias, pero sin echar raíces en ningún lugar. Son ciudadanos del mundo pero de ningún lugar al mismo tiempo».
Al mismo tiempo, afirma que «en esta realidad líquida, lo importante no es conservar los objetos, sino renovarlos constantemente para contentar el espíritu consumista. La consecuencia principal del mundo opuesto a lo sólido crea ansiedad en las personas. La realidad líquida angustia a las personas porque no carecen de nada fijo y duradero».
Francisco Pérez lamenta en su escrito que «las personas no quieren ataduras ni en el amor ni en el trabajo. Se construye la vida sobre arena movediza y no sobre roca fuerte. Edificar sobre roca o edificar sobre arena, esta es la cuestión».
En esta misma línea, el arzobispo de Pamplona asegura que «cuando se analiza la situación sociológica de hoy se buscan maneras para justificar el relativismo que, usando su única arma de defensa, afirma que en el pensamiento y en la acción del ser humano “todo vale” con tal que uno lo sienta así. Es decir se pierde y se difumina la verdad. Ya la verdad no es única sino múltiple según el color que cada uno quiera ponerla».
A modo de conclusión, Monseñor Francisco Pérez desvela en su misiva una confesión que le hizo san Juan Pablo II. «Aún recuerdo la conversación que tuve, en una comida, al lado del Papa San Juan Pablo II. En medio de ella, le pregunté descaradamente: “¿Qué es lo que más le preocupa en estos momentos?” A lo que él me respondió: “El relativismo que hay en la sociedad”. Y añadió: “Estoy preparando una Carta Encíclica sobre este tema”. A la que tituló Fides et Ratio (Fe y Razón).Y me predijo: “Le tocará sufrir mucho sobre este tema”. Si la verdad no es lo primordial en el pensamiento y en la actitud del ser humano donde “todo vale” y la verdad está en la medida de sus sentimientos o apetencias, se pierde propio sentido humano», afirma el arzobispo.
«Aquella conversación no desaparece de mi memoria y de mi plegaria. Y lo peor del relativismo es que se ha convertido como si fuera una nueva religión. Ahí tenemos las ideologías que se promueven como bandera de libertad y progresismo y el tiempo será testigo de los frutos amargos que producirán. O estamos con la ley del amor de Dios o el nihilismo (la nada) será tan voraz que se aprovechará para devorar lo más sagrado que hay en la entraña del ser humano», concluye la carta de Francisco Pérez.