Del modo más discreto, Hungría se ha convertido en uno de los países que más está contribuyendo a la protección de los cristianos perseguidos en todo el mundo, unos cristianos que, según el primer ministro Viktor Orbán, contribuirán a la futura salvación de Europa.
“Estoy convencido de que para salvar Europa, quienes podrían proporcionarnos la mayor ayuda son aquellos a los que estamos ayudando ahora mismo”, aseguró Orbán durante una alocución en Budapest con motivo de la segunda Conferencia sobre Persecución a Cristianos. “Estamos sembrando una semilla, dando a los perseguidos lo que necesitan y recibiendo de ellos fe cristiana, amor y persistencia”, según cita el periodista del National Catholic Register Edward Pentin.
Para el primer ministro húngaro, proteger a los cristianos perseguidos en cualquier lugar del mundo es un deber que emana de la propia identidad cristiana de su país. “Los húngaros creemos que los valores cristianos propician la paz y la felicidad -dijo-, y por eso nuestra Constitución especifica que la protección del cristianismo es una obligación del Estado”.
Orbán llamó la atención en su discurso sobre la indiferencia de la mayor parte de Europa ante el destino de millones de cristianos perseguidos en el planeta, donde cuatro de cada cinco personas que sufren persecución la padecen por su fe en Cristo, unos 245 millones. De hecho, aunque en Europa no existen casos de persecución grave, sí hay una atmósfera de acoso y discriminación por razones de fe. No dejó de hacer referencia, en este sentido, a la inmigración masiva de poblaciones no cristianas que los gobiernos permiten, cuando no alientan.
En la citada conferencia participan 650 personas de cuarenta países. Según sus datos, cada día 11 cristianos son asesinados por motivos religiosos. Es la mayor crisis humanitaria de nuestro tiempo: en el mundo hay 245 millones de cristianos perseguidos, lo que convierte al cristianismo en la religión más hostigada del planeta. En 2016, Hungría creó una Secretaría de Estado, con un presupuesto de 3 millones de euros anuales, para ayudar a los cristianos perseguidos de todo el mundo.