El Papa Francisco ha pronunciado una dura condena de sobre la asquerosa prostitución y no es para menos. En un vicio asqueroso y una tortura. La prostitución del cuerpo denigra al ser humano y lo lleva a límites peores que los animales. Pero estamos en una situación mucho peor porque afecta a la prostitución del alma. Al ser humano lo llamamos inteligente por su capacidad de pensar y razonar. Tenemos un alma inmortal que es lo más sagrado del ser humano. Todo lo que afecta a la adulteración del alma es especialmente asqueroso y es la mayor tortura a la que se puede someter al ser humano.
Hemos recibido un tesoro que no es nuestro, es lo que llamamos revelación divina. Es un tesoro que no nos pertenece y que no tenemos ninguna autoridad para modificar o cambiar. La misión de la Iglesia es custodiarlo y transmitirlo a las sucesivas generaciones sin adulteralo. Las pretensiones que cambiar, porque de eso hablamos aunque se vista de renovación o evolución, la verdad revelada solo puede conducirnos a la muerte. Son demasiadas las alarmas que saltan delante de nuestros ojos y que nos indican que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. El caso del Ex Instituto Juan Pablo II para el matrimonio y la familia es otro episodio más que nos confirma las cosas pero no el único, ni mucho menos.
La carta de los alumnos nos parece de obligada lectura y no solo por el caso del instituto. La encuentran en el enlace en todos los idiomas. Hoy son muchos los alumnos, novicios, seminaristas, sufridos feligreses que podrían decir lo mismo aplicado a otros ámbitos de la iglesia. El problema de una estructura piramidal como lo es la iglesia es que se pueden imponer las cosas sin respetar para nada a las personas y pisoteando sus derechos. Si seguimos por este camino nos convertiremos en una secta, si es que ya no estamos es esta situación, en donde seguir al jefe carismático y sus ocurrencias es el fundamento último de las creencias por absurdas que estas sean. Por ahora, y ya son muchos los siglos de existencia de la iglesia católica nadie ha tenido la ocurrencia de que al cambiar de papa tenemos que cambiar de creencias, por ahora. Hoy todo apunta a que entramos en una senda muy peligrosa que es mucho más condenable que la prostitución por muy dura que pueda parecer.
Cuánto tiempo más se podrá aguantar esta situación absurda llena de buenismos, ecologismos, ideologías políticas caducas a las que nos tenemos que sumar con entusiasmo senil. El mantenerse de perfil tiene un límite y el caso de Ex instituto pude ser una de la gotas que colme el vaso. Llueve sobre mojado, ha llovido demasiado y la inundación puede durar generaciones.
En el Estado Ciudad del Vaticano entra en vigor el nuevo sistema de señalización de abusos. Lo comunica con solemnidad el cardenal vicario del Papa Francisco para el estado ciudad que es distinto que el cardenal vicario para Roma, en este caso Comastri. Los menores en el territorio vaticano son una excepción y todo este montaje un brindis al sol. Hay un caso abierto y doloroso que afecta a los monaguillos de San Pedro y que implica muy personalmente al cardenal Comastri y por ahora solo tenemos declaraciones. Estamos soportando en horarios de máxima audiencia en las televisiones italianas los detalles de este caso. Por ahora el único cesado es el juez eclesiástico que quería investigar y no le dejaron. A estas alturas es mucho mejor dejarse de comunicados, nuevas normas, cambiar sistemas y demás músicas y reconocer que todo esto ya estaba y el problema es que se preferido ocultar los delitos a investigarlos con todas la garantías. En todos los ámbitos de la iglesia se ha procedido así y esto por orden superior, basta recordar el caso Barbarin en Francia. Mientras esto no se reconozca y se asuman las responsabilidades de quien corresponda estamos tocando el violón en una huida hacia adelante que conduce al precipicio y esto lo ve un ciego.
Interesante y largo estudio, más que artículo, sobre la utilización del término ‘lugar teológico’ en el documento de trabajo de Sínodo del Amazonas. Un caso más en que se pretende usar términos y nombre nobles y llenos de tradición y, una vez vacíos, llenarlos de contenidos de nueva elaboración. El instituto Juan Pablo II lleva su nombre no ‘ad honorem’ si no porqué se centra en la doctrina tradicional defendida heroicamente por este papa. Mantener su nombre y vaciar la institución no deja de ser una vulgar y asquerosa forma de prostitución. Los alumnos no son un tiernos infantes a los que se les puede engañar con fuegos de artificio. Los desmentidos de instituto no hacen sino confirmar la tesis. Los hechos son tercos y las palabras suenan muy a hueco. El sínodo de la Amazonia puede ser la prueba de la estupidez en la que estamos entrando.
Los cristianos de Siria se sienten traicionados y abandonados en la última carta del Papa Francisco a su presidente. Algo va mal cuando quien los tiene de defender toma posiciones políticas que van en contra. Siria no es un caso único y los ejemplos se extienden por todo el planeta. Pretender imponer los gustos políticos de Su Santidad como parte de la revelación divina no tiene nombre y en esas estamos.
Ali Agca sigue insistiendo en que Emanuela Orlandi está viva y pide su liberación. El silencio impuesto por el tribunal Vaticano no hace si no incrementar las sospechas y confirmar la falta de sinceridad cuando se habla de colaboración y trasparencia, los comunicados son fáciles de hacer pero los hechos nos dicen otras cosas.
Monseñor Viganò, el monseñor Fake, sigue presentado su manual de FilmMaker. Otro dato más que no aporta mucha sinceridad a los mundos vaticanos. Después de lo que podemos considerar una auténtica prostitución del periodismo, sigue como asesor plenipotenciario de la comunicación en el Vaticano, con sueldo y apartamento intra muros.
Seguimos con el goteo de noticias sobre los temas financieros vaticanos, hoy sobre las inversiones de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, el APSA, en cuentas irregulares en Suiza y en inmuebles comprados a precio de Oro en Londres. El otoño se anuncia caliente y nos tememos que tendremos ocasión de profundizar en estos argumentos. La gestión de las donaciones de los fieles en un tema muy serio y que se debe realizar con suma atención. Dilapidar costosas donaciones, gestionarlas con frivolidad, cambiar sus destinos, es tan condenable como la prostitución y no deja e ser un vicio asqueroso.
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido…»
Buena lectura.
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