Sobre la nueva «obispa» y su marido (civil)

Leo en una página gallega un artículo sobre la  trapallada que acaba de celebrarse.Que en algunas cosas comparto, otras no.

No he querido hacerme eco en el Blog de esa farsa sin sentido que sacramentalmente no ha aportado nada a la consagrada obispa  como tampoco se lo aportó la pretendida anterior ordenación sacerdotal.

Ni es sacerdote ni es obispo por mucho que lo pretenda y además efectivamente no es nada. A sus misas, celebradas en el piso en el que vive no asiste nadie. Como  mucho media docena de personas. Pues esa es la importancia de esa persona que solo busca publicidad como si en realidad fuera alguien. Y  eclesialmente no lo es.

Otro caso es el de su marido, sacerdote de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, casado civilmente,  que es una vergüenza diocesana y episcopal, el que siga siendo sacerdote. Habiendo participado en la «ordenacion» episcopal de su mujer no le incurre en excomunión aunque hubiera participado en la ceremonia incluso revestido. Solo quedan excomulgados los obispos consagrantes , los consagrados y nadie más.

Ahora, motivos para que lo secularicen tiene todos, desde su matrimonio civil, más la convivencia con la actual «obispa», las misas concelebradas matrimonialmente que son especialmente sacrílegas, no por farsa sino por realidad gracias a su intervención. Pues que siga siendo sacerdote es una vergüenza del arzobispado y de sus obispos. Que ya son varios. Y a los que yo considero tan culpables de la situación como al impresentable sacerdote. Eso es evidente encubrimiento.

https://galiciaartabra.es/archivos/386067

 

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