
Que no me extrañaría le supusiera perder algunos lectores. De los que el periódico está muy necesitado. Por su escasez.
Está más que sobradamente demostrado que el francisquismo no atrae a nadie. Pues La Razón verá. En este caso más bien La Sinrazón.
No había caído yo en el acento rojo del título. ¿Lo querrán hacer valer en la información religiosa?