Ayer nos tocó más de cerca la devastación cruel que, desde hace meses, sufre la población de GAZA:
15 personas heridas en el bombardeo que afectó a la parroquia de Gaza, 3 de ellas ya han muerto.
2 ancianas con el cráneo abierto, 2 sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado con heridas leves,
1 religioso herido…Pido oraciones y que todas las personas de bien hagamos lo posible para parar esta crueldad injustificable y florezca la paz.
+ José Antonio Satué, Delegado Pontificio IVE
No había dicho nada. Ni una línea. Ni un gesto. Ni una visita. Meses enteros de silencio administrativo. Pero cayó una bomba en Gaza. Y entonces sí. Comunicado solemne. Dolor contenido. Firma episcopal. Tono de pastor universal.
Le faltó la foto al pie.
El momento justo
El padre Romanelli sigue allí. Gaza. Las bombas, los heridos, el humo. No está muerto. No está grave. Está vivo. Y sigue. Celebrando. Sirviendo. Rezando. Como las hermanas. Como los otros sacerdotes. Nadie huyó.
Pero si un joven quisiera hoy seguir su ejemplo… no podría. Está prohibido. Tres años sin vocaciones. Castigo. Decreto.
¿Quién ejecuta eso con pulcritud administrativa? José Antonio Satué.
Ordenaciones bloqueadas. Trámites empantanados. Requisitos nuevos que cambian cada semana. Y el silencio. Siempre el silencio. Si se le pregunta, responde que no depende de él. Que es Roma. Pero firma. Aplica. Controla. Nunca protege.
Cadalsos a las causas, tronos a las consecuencias
Romanelli es fruto del IVE. No es un accidente. No es una excepción. Lo formó esa congregación hoy castigada. Lo envió esa estructura hoy despreciada. Lo sostiene una comunidad a la que se le ha prohibido crecer.
Y sin embargo se le honra como si hubiera brotado del suelo.
Como habría dicho Vázquez de Mella si hubiera sido disléxico: “Ponen cadalsos a las causas y tronos a las consecuencias.”
No es doctrina. Es bilis.
Es de una mezquindad enorme. No soporta que algo bueno resalte su mediocridad. Combate lo que no entiende porque lo hace quedar pequeño. Y lo sabe.”
No es un problema doctrinal. Ni siquiera pastoral. Es otra cosa. Lo grande lo molesta. Lo fiel le duele. Lo que no lo necesita, le irrita.
No soporta a las hermanas. Le molesta que recen mucho. Que usen hábito. Que no le pidan permiso para ser lo que son. Y eso lo desconcierta.”
No es un juicio moral. Es una descripción.
Cierre por castigo
El argumento oficial es que falta formación. Que hay carencias. Que se ha perdido el sensus ecclesiae. Pero los que están en Gaza —rodeados de fuego real, entre 2 millones de musulmanes y bajo bombardeo israelí— ¿no están medianamente bien formados?
¿No basta esa entrega como prueba de idoneidad?
Obispos sorprendidos
El IVE está presente en más de 100 diócesis. Las hermanas, en bastantes más. En muchos casos, con décadas de presencia fiel. Ningún obispo fue consultado antes de intervenir. A varios ni se les avisó. La mayoría no entiende nada. Algunos han escrito. Otros, en privado, han expresado su incredulidad.
Salvo excepciones, todos los obispos donde trabajamos están totalmente sorprendidos. No entienden una intervención tan dura. Y menos aún después de seis años de comisariamiento completamente inútil. Abril y Castelló no visitaron ni una sola casa. Pero firmaron un informe ‘detallado’. No hubo visitas. No hubo diálogo. Solo decisión. Y castigo.”
La estrategia es clara: destruir por inanición. Sin ruido. Sin defensa posible.
El grupo de siempre
La estructura que ha ejecutado todo esto no es invisible. Tiene nombres. Tiene vínculos. Arana presume de haber puesto a Brambilla en el Dicasterio. Ella, a su vez, ha designado delegados. Entre ellos, la responsable para las hermanas del IVE.
Una mujer cercana a Arana. Muy cercana. Parte del mismo proyecto. Mismo lenguaje. Mismo desprecio.
No tolera que las hermanas usen hábito. Que recen demasiado. Que no pidan permiso para ser católicas. Está totalmente ligada a Arana, sigue todos sus consejos. Y está cortada por el mismo patrón que Satué.”
Nada de esto tiene que ver con la verdad. Ni con la justicia. Tiene que ver con control. Con alergia a lo que se escapa. Con una eclesiología de la obediencia sumisa, no de la fidelidad creativa.
Málaga, en espera
Mientras tanto, Málaga. Lo justo para consolarse por no haber sido nombrado en Barcelona.
Un castigo innecesario para la diócesis. Un consuelo amargo para él.
