Ha sido muy comentada en la Comunidad de Lanceros la noticia que nos ha traído un miembro de la Comunidad que forma parte de quienes trabajan en la Catedral de La Almudena.
Hace tiempo hablamos del nombramiento del obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín, alias el pastelero, como deán de la catedral de La Almudena. Un nombramiento que el Cabildo ha recibido como una imposición y una humillación del cardenal plenipotenciario por el desprecio al Cabildo, como si no hubiera canónigos para ser deán. Todo esto en una Iglesia sinodal en la que se supone que es importante la escucha, que su menudencia el cardenal plenipotenciario no practica.
Dejando a un lado el nombramiento, el cabildo se ha llevado las manos a la cabeza cuando le ha oído hablar al obispo auxiliar el proyecto que tiene para la Catedral. Al margen de su afán por controlarlo todo, se ha atrevido a decir en la revista oficial del cobismo, Alfalfa y Orégano, número del 9 al 15 de enero, que dentro de sus proyectos en relación con la sacramento de la reconciliación está el de ofrecer “puntos de escucha en el templo con el objetivo de coger y sanar las heridas”. Sí, la misma obsesión con la escucha de aquella primera carta de Cobo y la insistencia en la reunión de algunos arciprestazgos hasta que los curas se rebelaron. No piensen los lectores que se refería al sacramento de la confesión. No. Se trata de colocar a unas señoras, que eso es lo importante, que sean señoras, para que con un cafelito reciban a quienes quieran venir a contar su vida en una consulta de psicólogo. Seguro que el Colegio de psicólogos de Madrid exigirá la titulación y unos protocolos mínimos para estos puntos de escucha.
La Comunidad de Lanceros se pregunta si no les parece suficiente escucha la que se produce en el sacramento de la penitencia, el tesoro de la Iglesia para la reconciliación de las personas, que borra el pecado, que además viene acompañado de la gracia del perdón de Dios. Los puntos de escucha, un complejo también de psicología sobre lo que es el sacramento de la reconciliación. Se tienen que hacer perdonar ante el mundo, porque si pensamos que ya no creen en el pecado y por tanto en la misericordia de Dios, vamos dados. Como está de moda la escucha psicológica, por qué no practicarla en la catedral a módico precio.
Otra posibilidad, apunta otro miembro de la Comunidad de Lanceros, es que con eso justifiquen iniciar las absoluciones colectivas en la Catedral de la Almudena. Otro miembro de la comunidad de Lanceros se pregunta si utilizarán la capilla de San Adefesio que le colaron a Osoro al módico precio de 280.000 euros. Proponemos al obispo pastelero que además de los “puntos de escucha” organice citas a ciegas, al menos algunos tendrán experiencia.
La Comunidad de Lanceros