La diócesis de Roma ha anunciado la finalización de la fase diocesana de la causa de beatificación del padre Pedro Arrupe Gondra, SJ, vigésimo octavo superior general de la Compañía de Jesús.
Este proceso, iniciado el 5 de febrero de 2019 en el Palacio de Letrán, llegará a su fin el próximo 14 de noviembre de 2024 en una ceremonia que se celebrará a las 12 horas en la Sala de Conciliación del Tribunal de la Iglesia Apostólica de Letrán.
Según ha informado el Vicariato de Roma, órgano competente para iniciar la causa de beatificación ya que es la ciudad donde falleció, el acto estará presidido por el arzobispo monseñor Baldo Reina, vicario de Su Santidad para la diócesis de Roma. Además, contará con la participación de los integrantes del tribunal diocesano que han llevado a cabo la investigación sobre la vida, virtudes y fama de santidad del padre Arrupe: monseñor Giuseppe D’Alonzo, delegado episcopal; Giorgio Ciucci, promotor de justicia; y Marcello Terramani, notario actuario.
¿Quién fue Pedro Arrupe?
Pedro Arrupe, nació en Bilbao el 14 de noviembre de 1907 en el seno de una familia acomodada, último de cinco hijos, su padre era arquitecto y su madre hija de un médico, ambos profundamente creyentes. Después de realizar estudios de medicina en Madrid, decidió unirse a los jesuitas en 1927, para luego ser enviado a Japón como misionero. Durante la Segunda Guerra Mundial, Arrupe estaba en Hiroshima cuando la ciudad fue devastada por la bomba atómica en 1945. En respuesta a la tragedia, convirtió el noviciado en un hospital de campaña, utilizando sus conocimientos médicos para asistir a los heridos, lo cual marcó su vida y su misión.
En 1965, Arrupe asumió el cargo de superior general de los jesuitas en un momento de gran cambio impulsado por el Concilio Vaticano II. Bajo su dirección, la Compañía reinterpretó su misión como servicio de la fe y promoción de la justicia. Emprendió una serie de cambios que para muchos no estaban en consonancia ni con la primigenia espiritualidad ignaciana ni con la propia tradición de la Iglesia.
De manera especial se dedicó a los refugiados, pidiendo a toda la Sociedad que respondiera a este desafío. Es gracias a él que hoy el JRS (Servicio Jesuita a Refugiados) trabaja en muchas partes del mundo, incluso en Italia a través del Centro Astalli.
Un infarto en 1981 dejó a Arrupe gravemente afectado, con parálisis y dificultades para hablar, lo que le llevó a retirarse. Falleció en 1991, tras una larga enfermedad, dedicando sus últimos años a la oración y reflexión. Su causa de beatificación, abierta en 2019, y busca canonizar a Arrupe por la vía rápida.
Este próximo acto en Roma supone un paso decisivo en el proceso de beatificación de una figura que transformó la misión de los jesuitas y cuyo legado perdura en numerosas obras de ayuda humanitaria y defensa de los derechos humanos.
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