El cardenal Sako, Patriarca de la Iglesia caldea, ha escrito un artículo reflexionando sobre la dirección que debe de tomar el Sínodo de la sinodalidad.
«El Sínodo, como lo expresó varias veces Su Santidad el Papa Francisco, es caminar juntos como comunidad fiel, comprometida y responsable para participar activamente en el estudio de temas y cuestiones muy importantes que atañen a la vida fundamental de los fieles en el marco de la reforma y encontrar nuevas estrategias para que la Iglesia enfrente los desafíos», escribe el purpurado.
El Patriarca caldeo no oculta que estamos «en un tiempo de inestabilidad, de dificultades encontradas por la cultura actual en cuestiones difíciles, y en particular por el predominio del liberalismo laico» y por ello defiende que «la Iglesia, madre y maestra, y el Papa, sucesor de Pedro, roca sobre la que descansa la Iglesia y garantiza su unidad, debe hacer uso de su autoridad didáctica en el proceso de autorrenovación y de sus estructuras con plena convicción, preservando fielmente el depósito de la fe y de la moral básica«.
Sako argumenta que «es necesario distinguir entre lo real y que expresa el espíritu que no se puede abandonar, y lo inmediato-práctico vinculado a las condiciones del tiempo y del espacio, que debe actualizarse».
El cardenal iraquí subraya que «el Sínodo debe dar prioridad al anuncio (del Evangelio) a la luz de los signos de los tiempos anunciar la Palabra, insistir en toda ocasión oportuna e inoportuna, para que la Iglesia pueda presentar la fe a todos con claridad, lenguaje comprensible, estilo diferente, nuevas formas, y abordar la liturgia de la celebración de los sacramentos y algunas estructuras con mayor participación para hacer algunas estructuras más eficientes y menos burocráticas, para que los cristianos se sientan como en casa, tengan su papel y hagan no sentirse marginado». Además, incide en su escrito en «actualizar la formación del clero a nivel humano, psicológico, espiritual, teológico, litúrgico, pastoral, pero también disciplinario».