En el marco del 26º Congreso Mariológico Mariano Internacional, celebrado en el Auditorium Antonianum de Roma del 3 al 6 de septiembre, el presbítero doctor Eduardo Agustín Aguilar Navarro, asesor de la Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano y coordinador de la Novena Intercontinental Guadalupana, ofreció una intervención destacada durante la mesa de diálogo dedicada a «Guadalupe: Pontificia Comisión para América Latina». Su presentación, titulada “Guadalupe: de la teología del encuentro a la praxis evangelizadora contemporánea”, sirvió como introducción enfatizando el acontecimiento guadalupano como un paradigma permanente de evangelización inculturada, relevante para los desafíos actuales de la Iglesia.
El congreso, organizado por la Pontificia Academia Mariana Internationalis bajo el tema general «Jubileo y Sinodalidad: una Iglesia con rostro y práctica mariana», reunió a teólogos, cardenales y expertos de todo el mundo para reflexionar sobre el rol de María en la vida eclesial contemporánea.
Entre los participantes notables se encontraban el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, quien habló de María como modelo de la Iglesia sinodal; la profesora Valerija Nedjeljka Kovač, secretaria del Instituto Mariológico Croata, que exploró el camino profético mariano de esperanza y la profesora Gloria Falcão Dodd, presidenta de la Mariological Society of America, quien abordó la mariología al servicio de la sinodalidad. Otros ponentes clave incluyeron a monseñor Antonio Staglianò, presidente de la Pontificia Academia de Teología, y a la profesora Lúcia Pedrosa de Pádua, presidenta de la Associação Brasileira de Mariologia.
Con una vasta experiencia en la pastoral mexicana y su liderazgo en la preparación del V Centenario de las apariciones guadalupanas en 2031, Aguilar Navarro situó su intervención en el horizonte de la Novena Intercontinental Guadalupana. Esta iniciativa, impulsada desde México, busca no solo conmemorar el evento histórico de 1531, sino actualizar su mensaje de esperanza y diálogo intercultural para una Iglesia «en salida» propuesta por el Papa Francisco.
El sacerdote destacó que el encuentro entre la Virgen de Guadalupe y Juan Diego en el Tepeyac trasciende su contexto histórico para convertirse en un modelo metodológico. A través de ocho secciones temáticas, exploró la teología del encuentro en el Nican Mopohua, el relato náhuatl de las apariciones, identificando tres elementos revolucionarios: la inversión de paradigmas comunicativos cuando María habla en náhuatl y aparece en un lugar sagrado indígena; la pedagogía de la ternura, a través de un diálogo paciente que respeta los tiempos del otro y la síntesis intercultural en el signo de la Tilma de Juan Diego, un código divino-humano que une símbolos nahua y cristianos sin anular ninguna tradición.
El P. Aguilar enfatizó que Guadalupe propone una epistemología teológica desde la marginalidad, donde el pobre, encarnado en Juan Diego, evangeliza a la Iglesia, anticipando conceptos como la opción preferencial por los pobres y la sinodalidad. Citando al Papa Francisco en la bula Spes Non Confundit, describió a Guadalupe como un «revolucionario mensaje de esperanza» que deconstruye esquemas evangelizadores tradicionales.
Una sección clave abordó el impacto de Guadalupe en la Iglesia latinoamericana, documentando su expansión desde Argentina (donde el Papa Francisco, como arzobispo de Buenos Aires, la vio como un «misterio vivo«) hasta Brasil (donde la teóloga Ivone Gebara la interpreta como una mariología del Sur Global), Colombia, Bolivia (en diálogo con Copacabana), Chile y el Caribe. Esta difusión no es mera devoción, sino una «inculturación perfecta del Evangelio«, como la llamó Leonardo Boff.
En el análisis del Nican Mopohua, resaltó su sencillez profunda: el mensaje central «¿No estoy yo aquí que soy tu madre?» reformula el kerigma en clave maternal, priorizando el amor sobre la doctrina. La Novena Intercontinental, con iniciativas como «Una Tilma, Un Corazón», se presenta como un laboratorio pastoral para el 2031, fomentando redes de animadores y misioneros, «Juandieguitos», que traducen el milagro en praxis concreta: diálogo intercultural, eclesiología desde las periferias y espiritualidad de esperanza.
Frente a desafíos actuales como la secularización y el pluralismo, Aguilar propuso una «praxis evangelizadora guadalupana» que responda con ternura y sinodalidad, citando a teólogos como Rafael Luciani y Roberto Goizueta. Concluyó invitando al diálogo no abstracto, sino transformador, recordando las palabras de la Virgen y el testimonio del beato José Sánchez del Río. invitó a un diálogo transformador, citando al beato José Sánchez del Río y recordando las palabras de la Virgen como clave para una evangelización que acompaña y celebra la diversidad como manifestación del Espíritu.
La mesa, coordinada por la Pontificia Comisión para América Latina, continuó con otras intervenciones como la del Dr. Eduardo Chávez, director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, quien abordó el tema «El significado de Guadalupe para una nueva evangelización», profundizando en su relevancia misionera.
Al día posterior, 5 de septiembre, la mesa prosiguió con la introducción del P. Dr. Stefano Cecchin, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internationalis. El Dr. David Ojeda, médico del mismo instituto en Mérida (México), presentó «La imagen de Guadalupe: la lectura de un código divino-humano», analizando los símbolos de la Tilma. Finalmente, el P. Dr. Leandro Chitarroni (Bolivia-Argentina) exploró «Nuestra Señora de Copacabana y Guadalupe», destacando las conexiones interculturales entre advocaciones indígenas.
La intervención del P. Aguilar Navarro enriqueció el debate mariológico alineándolo al mensaje guadalupano con el Jubileo 2025 y el proceso sinodal de la Iglesia., la teología del encuentro que ofrece esperanza concreta, preparando el terreno para el V Centenario y recordándonos que, en palabras de la Virgen, la madre siempre está presente en los momentos más difíciles y esperanzadores de la historia.
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