En la reciente edición de la catequesis titulada Venga a Nosotros Tu Reino, el obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, llamó a los fieles a convertirse en “evangelios vivos” y testigos creíbles de Cristo en un México que clama por autenticidad y esperanza. En su mensaje, el prelado enfatizó la importancia de vivir coherentemente los valores cristianos, en un contexto donde la hipocresía y la incongruencia han erosionado la confianza en líderes e instituciones.
El obispo destacó que ser un testigo creíble no implica perfección, sino un esfuerzo genuino por encarnar los principios de la fe en la vida cotidiana. “Vivir de manera coherente no significa vivir de manera perfecta. Siempre seremos seres limitados, pero podemos vivir poniendo toda la carne al asador, como decimos los mexicanos”, afirmó, citando al Papa Benedicto XVI, quien exhortó a los cristianos a reflejar a Cristo a través de sus acciones, palabras, silencios y ejemplo.
Castro Castro criticó la contradicción de quienes predican valores que no practican, como políticos que hablan de austeridad mientras acumulan riquezas, empresarios que promueven responsabilidad social pero explotan a sus trabajadores, o predicadores que exaltan la humildad mientras buscan poder. En contraste, destacó ejemplos de autenticidad: una madre migrante que comparte su comida con los más necesitados, un empresario que paga salarios justos, un joven que elige estudiar en lugar de buscar dinero fácil, o un político que prioriza el bien común sobre el beneficio personal.
El obispo invitó a los fieles a reflexionar sobre los principios de la doctrina social de la Iglesia —el bien común, el destino universal de los bienes, la participación y la solidaridad— y a aplicarlos en sus entornos laborales, familiares y sociales. “Cómo vivir la verdad cuando todos mienten, cómo vivir la justicia cuando la corrupción parece normal, cómo vivir la libertad auténtica cuando el libertinaje se confunde con progreso”, cuestionó, urgiendo a los presentes a ser luz en un México cansado de promesas vacías.
Inspirándose en los santos, quienes fueron testigos creíbles en su vida cotidiana, el obispo animó a los fieles a comenzar hoy mismo, desde donde estén, con gestos sencillos pero significativos: el maestro que llega temprano a una escuela en una zona marginada, la enfermera que trata con dignidad a los pacientes sin recursos, o el chofer que evita conversaciones que dañan a otros. “No necesitas ser santo para empezar a ser testigo creíble”, aseguró.
El mensaje de Castro resuena como un llamado a la acción en un país que, según sus palabras, “necesita desesperadamente testigos creíbles, no perfectos, pero sí auténticos”. Concluyó exhortando a los cristianos a ser “evangelios vivos” que, a través de sus vidas, transmitan esperanza y sentido en un mundo que lo necesita con urgencia. “Venga a nosotros tu reino”, finalizó, invitando a todos a vivir la fe con alegría y compromiso.
La catequesis completa puede ser vista aquí
