Más de 10 mil mujeres de la arquidiócesis de Morelia peregrinan a la Basílica de Guadalupe en busca de paz y esperanza

Más de 10 mil mujeres de la arquidiócesis de Morelia peregrinan a la Basílica de Guadalupe en busca de paz y esperanza

En una muestra de fe y clamor por la paz, más de 10 mil mujeres de la arquidiócesis de Morelia concluyeron la madrugada del lunes 11 de agosto su 63ª peregrinación a pie hacia la Basílica de Guadalupe. Partieron desde diversas regiones de Michoacán y, por diez días, recorrieron cientos de kilómetros entre sacrificios y oraciones, convocando a peregrinas que han sufrido la pérdida de hijos, esposos y seres queridos, incluyendo madres buscadoras de desaparecidos, quienes se presentaron como «promotoras de paz y esperanza» en medio de la violencia que azota el país.

A pesar de las serias inundaciones que han azotado a la Ciudad de México desde el domingo 10 de agosto por tormentas que no se habían visto en décadas, la tradicional peregrinación, organizada por la arquidiócesis de Morelia, contó con el apoyo de sacerdotes, directores espirituales, celadores, socorristas, médicos y personal de Protección Civil, quienes acompañaron a las mujeres a lo largo del trayecto, llegó por la madrugada a la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.

Las peregrinas partieron en grupos regionales días antes, enfrentando cansancio, clima adverso y emociones intensas, pero unidas por cantos, rosario; a su paso por las diversas comunidades de los Estados de Michoacán y México, fueron acompañadas por los párrocos quienes ofrecieron sus parroquias para alojar a las peregrinas. Entre las participantes destacaron madres buscadoras, quienes marcharon con fotografías de sus desaparecidos, exigiendo justicia y solidaridad en un contexto donde Michoacán registra altos índices de violencia y desapariciones.

Mientras las miles de peregrinas llegaban a la Basílica para dirigir su amor, fe, respeto y devoción a la Virgen de Guadalupe, el momento más importante fue la misa presidida por el arzobispo Carlos Garfias Merlos quien, en su homilía,  saludó con afecto a las peregrinas, reconociendo su sufrimiento y su rol como discípulas de Jesús. «Peregrinas de a pie al Tepeyac, mujeres que sufren, que han vivido el desamparo de haber perdido a sus hijos, a sus esposos, a personas muy cercanas y que hoy se presentan en esta Insigne Basílica nacional de Nuestra Señora de Guadalupe como promotoras de paz y de esperanza», expresó el prelado.

Enfatizó la figura de la Virgen de Guadalupe como manifestación de la misericordia divina, recordando cómo apareció ante un pueblo humillado y dolido para ofrecer consuelo. «Nuestra Madre del Cielo las ha acompañado, consolado, fortaleciéndolas con su intercesión y ciertamente les ha escuchado«, dijo, invitando a las mujeres a ser constructoras de paz en sus familias, parroquias y comunidades. «La Virgen de Guadalupe es, en efecto, una manifestación del rostro de la Misericordia Divina», afirmó, invitando a las peregrinas a ser constructoras de paz. «Les invito a todos, a ustedes hijas peregrinas, a seguir siendo mujeres promotoras de paz en sus familias, en sus parroquias y en todas las comunidades de fe». Pidió ofrecer la peregrinación por un mundo más justo y solidario, y a poner dolores en manos de María.

El arzobispo resaltó a María como «bálsamo para nuestras heridas y aliento en nuestro camino», urgiendo a poner dolores en sus manos para experimentar consuelo. Pidió que siga curando «el dolor de sus hijos, las heridas de nuestros pueblos», impulsando centros de escucha para víctimas de violencias con atención cuidadosa. «Que sigamos alentando el camino de la esperanza, que continuemos animando nuestra lucha a favor del bien», dijo, enfatizando acercamiento a los sufrientes con misericordia.

Concluyó invitando a llevar la «mirada tierna y palabra dulce» de María como mensaje reconciliador, regresando como «mensajeras de la misericordia divina y peregrinas promotoras de paz y de esperanza». Comprometió a ir hacia Jesús como pueblo que «pide, busca y construye la paz».

Garfias Merlos también invocó a santos como San Bernabé de Jesús y el Venerable Don Vasco de Quiroga, deseando que las peregrinas regresen a sus hogares llenas de esperanza y comprometidas con la misericordia. «Que de esta peregrinación nos llevemos grabados en nuestros corazones su mirada tierna y su palabra dulce, su mensaje reconciliador y fraternal para que seamos aliento en nuestra vida cristiana«, concluyó, felicitando su esfuerzo y amor a la Virgen. «Felicidades por su esfuerzo, sacrificio y sobre todo por su amor y veneración a la Virgen de Guadalupe. Feliz regreso a sus hogares». Cerró con: «Santa María de Guadalupe, Reina de México, Salva nuestra patria y conserva nuestra fe». Al finalizar la misa, las peregrinas iniciaron su regreso, llevando consigo bendiciones y un renovado compromiso por la paz en México.

La caminata de los miles de mujeres, que se realiza anualmente desde hace más de seis décadas, cobra especial relevancia en este año jubilar, inspirado en la misericordia y la solidaridad. Autoridades eclesiásticas estiman que el evento reunió a mujeres de todas las regiones de la arquidiócesis, superando las cifras de ediciones anteriores pese a los desafíos logísticos y de seguridad.

Es de las más grandes que se efectúan al año a Basílica de Guadalupe, refrendó la devoción y el llamado social en un país marcado por la violencia. Madres buscadoras, integradas en el grupo, utilizaron la peregrinación para visibilizar su lucha, marchando con pancartas y fotografías, y recibiendo apoyo de la arquidiócesis en centros de escucha para víctimas. La Iglesia católica en Morelia ha impulsado iniciativas similares para fomentar la unidad, el servicio y el resarcimiento del tejido social para ser artesanos de paz.

 

 

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