León XIV Impone palio a tres arzobispos mexicanos en la Basílica de San Pedro

León XIV Impone palio a tres arzobispos mexicanos en la Basílica de San Pedro

En una solemne ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro, durante la festividad de San Pedro y San Pablo, León XIV impuso el palio arzobispal a 54 nuevos arzobispos metropolitanos, entre ellos tres mexicanos: Mons. Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, Mons. José Francisco González González y Mons. Jaime Calderón Calderón. Este acto, que simboliza la comunión con el Sucesor de Pedro y la responsabilidad pastoral de los arzobispos, marcó el retorno a la tradición de la imposición directa por el Papa, una práctica que había sido modificada por Francisco en 2015, delegándola a los nuncios apostólicos en las diócesis locales.

El palio, una banda de lana blanca adornada con seis cruces negras, guarda el profundo símbolo de la unión del arzobispo con el Papa y su misión de guiar y servir al pueblo de Dios como Buen Pastor. Tejido con lana de corderos bendecidos en la festividad de Santa Inés y bendecido junto a la tumba de San Pedro, este ornamento litúrgico subraya la autoridad pastoral y jurídica de los arzobispos metropolitanos sobre sus provincias eclesiásticas.

Los tres mexicanos, designados recientemente, para ocupar sedes metropolitanas son  Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G., tercer arzobispo de Tulancingo, pertenece a la congregación de los Misioneros de Guadalupe, destacándose por su labor misionera. Nacido en Puebla en 1956, fue ordenado sacerdote en 1983 y sirvió como misionero en África. Su trayectoria episcopal incluye su labor como obispo de Tlapa (2007-2012) y de Ecatepec (2012-2024). Es titular del Consejo Nacional de la Basílica de Santa María de Guadalupe. En julio de 2024 fue trasladado a la arquidiócesis de Tulancingo.

José Francisco González González, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, nació en Yahualica, Jalisco, en 1966. Formado en Roma, donde se especializó en Derecho Canónico y Teología Bíblica, fue nombrado obispo auxiliar de Guadalajara en 2008 por el Papa Benedicto XVI. Posteriormente, sirvió como obispo de Campeche durante 11 años antes de su traslado a Tuxtla Gutiérrez en abril de 2025. Su experiencia pastoral y académica lo convierte en una figura destacada en la Iglesia mexicana.

Mons. Jaime Calderón Calderón, arzobispo de León y actual vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, nació en Michoacán en 1966. Ordenado obispo en 2012 como auxiliar de Zamora, fue obispo de Tapachula desde 2018 hasta su traslado a la sede arzobispal de León en agosto de 2024, tras la renuncia de Mons. Alfonso Cortés Contreras. Su liderazgo en la arquidiócesis de León y su rol en la Conferencia Episcopal reflejan su compromiso con la pastoral y la unidad eclesial.

La decisión del Papa León XIV de imponer personalmente los palios en la Basílica de San Pedro, en lugar de delegar esta tarea a los nuncios apostólicos, refleja su intención de reforzar la centralidad del papado y la comunión eclesial. En su homilía, el Pontífice destacó la importancia de la unidad en la diversidad, inspirándose en la vida de los apóstoles Pedro y Pablo, y llamó a los arzobispos a revitalizar la fe y responder a los desafíos contemporáneos con una Iglesia unida y dinámica.

La ceremonia, que contó con la presencia de fieles y representantes de diócesis de todo el mundo, fue un momento de profunda significación para la Iglesia mexicana. La comunidad católica, a través de redes sociales y comunicados de la Conferencia del Episcopado Mexicano, expresó su alegría y apoyo a los arzobispos, encomendándolos a la Virgen de Guadalupe. Este acto no solo fortalece el vínculo de los arzobispos con Roma, sino que reafirma su misión de guiar a sus comunidades con fidelidad al Evangelio.

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