La Iglesia mártir: Nigeria y África en el corazón del sufrimiento cristiano

La Iglesia mártir: Nigeria y África en el corazón del sufrimiento cristiano

Pbro. Hugo Valdemar Romero / ACN.- La noche del pasado sábado 27 de julio, alrededor de la 1:00 a. m., un grupo de fieles católicos se encontraba en vigilia de oración en la iglesia de Komanda, una localidad de la provincia de Ituri, en la República Democrática del Congo. Eran, en su mayoría, jóvenes de la Cruzada Eucarística, reunidos para adorar al Señor y cantar himnos en comunidad.

En medio de esa oración, un grupo armado irrumpió violentamente en el templo, abriendo fuego sin piedad. Asesinaron a 31 fieles, según cifras confirmadas por la diócesis de Bunia, aunque otras fuentes internacionales elevan el número a más de 40. Seis personas resultaron gravemente heridas y algunos jóvenes fueron secuestrados, sin que hasta ahora se sepa su paradero. Después del ataque, los agresores —identificados por las autoridades como miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), grupo vinculado al Estado Islámico— saquearon e incendiaron varias viviendas cercanas, dejando a toda la comunidad en estado de shock y terror.

Este acto atroz, perpetrado en un templo católico y durante una oración nocturna, no es un hecho aislado. Forma parte de una cadena de violencia sistemática que padecen los cristianos en varios países de África, especialmente en Nigeria, donde desde hace años se desarrolla una de las persecuciones más intensas y sangrientas contra los creyentes.

Nigeria: una Iglesia mártir

Los datos son alarmantes. Solo desde 2009 hasta abril de 2023, más de 52 250 cristianos han sido asesinados por grupos yihadistas (Boko Haram, ISWAP, y pastores fulani radicalizados), según el informe Martyred Christians in Nigeria de la organización Intersociety. Otras estimaciones elevan esa cifra a más de 62 000 cristianos asesinados desde el año 2000.

En 2022, más de 5000 cristianos fueron asesinados por su fe; Nigeria concentró el 90 % de todas las muertes de cristianos en el mundo, según Open Doors.

En los primeros tres meses de 2025, más de 300 cristianos fueron masacrados en ataques organizados en Benue y Plateau.

En Yelwata, a mediados de junio de este año, entre 100 y 200 cristianos desplazados fueron asesinados, muchos de ellos ancianos, mujeres y niños, en una masacre calificada por algunos observadores como genocidio silencioso.

Las cifras estremecen, pero la respuesta del mundo —y de muchos católicos— es tibia o incluso inexistente.

Una indiferencia que clama al cielo

Y aquí viene el cuestionamiento más doloroso: ¿nos importa verdaderamente el sufrimiento de nuestros hermanos en la fe? ¿Nos duele su martirio, su sangre derramada, sus iglesias destruidas, sus hogares quemados, sus hijos secuestrados?

La respuesta, con frecuencia, es desoladora. No nos conmovemos. No rezamos por ellos. No exigimos a nuestras autoridades eclesiásticas que hablen con fuerza. No predicamos sobre ello en nuestras parroquias. Apenas compartimos sus historias. Esta falta de empatía es una herida en el Cuerpo Místico de Cristo. Porque, cuando un miembro sufre, todo el cuerpo debería sufrir con él (cf. 1 Cor 12, 26).

La Iglesia no puede ser indiferente. Una Iglesia sin compasión no es la Iglesia de Cristo. La sangre de los mártires africanos nos interpela, nos acusa y nos llama a una conversión profunda en la caridad.

Datos Clave

AÑO / PERIODO CRISTIANOS ASESINADOS FUENTE
2009-2023 52,250 Intersociety
DESDE EL 2000 + 62,000 Estimaciones varias
2022 + 5,000 (90% del total mundial) Open Doors
PRIMER TRIMESTRE DE 2025 + 300 Crux, International Christian Concern
JUNIO DE 2025 Entre 100 y 200 Genocide Watch, CNA
JULIO DE 2025 31-43 muertos y secuestrados InfoCatólica, ACI Prensa, AP

 

Un deber de todos: Depertar

Si la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos, ¿por qué no la recogemos con respeto y oración? Si la comunión de los santos es real, ¿por qué vivimos como si sus vidas no nos incumbieran? Si el Evangelio nos pide amar hasta dar la vida, ¿por qué no somos capaces siquiera de ofrecer una intención de misa por ellos?

La Iglesia en África, especialmente en Nigeria y ahora también en el Congo, es la Iglesia mártir de nuestros días. Si callamos, si ignoramos su clamor, si no transformamos esta indiferencia en verdadera caridad, habremos fallado como cuerpo de Cristo.

Que su sangre no caiga en el olvido. Que nuestra oración, nuestra solidaridad y nuestra palabra despierten en nosotros la conciencia de que su cruz es también la nuestra.

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