Un acto que pasó desapercibido, pero el espaldarazo quiso además ser la definición de los límites entre la Iglesia y el Estado en una propuesta de laicidad bendecida por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la gira por Chiapas de la semana pasada, la cual destacó por el bloqueo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación a la comitiva presidencial el viernes 27 de agosto, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, López Obrador fue el orador principal en la reunión con gobernadores del sureste del país, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, autoridades de la administración pública y eclesiásticas para da cuenta de los avances del Programa Nacional de Reconstrucción de sitios y monumentos dañados por el sismo del 2017.
En el ex convento de Santo Domingo, en San Cristóbal de las Casas, dañado también por el sismo de 2017, López Obrador no pasó de largo “la importancia histórica del lugar, emblemático porque en “San Cristóbal, la ciudad real, se llevó a cabo un proceso de evangelización desde los tiempos iniciales de la Colonia con la orden de los dominicos”.
Consideró a esos misioneros “defensores” de los pueblos indígenas quienes tenían una “vocación de servicio” tomándolos por verdaderos cristianos en favor de los humildes. Exaltó la impronta de Fray Bartolomé de las Casas, tercer obispo de Chiapas (1543-1550), quien tomó la causa de los indígenas “cuando predominaba la idea del exterminio”, la cual, según el presidente de México, no pudo consumarse debido a la resistencia de los pueblos indígenas y la preservación de sus culturas gracias a la obra del obispo oriundo de Sevilla o de otros de la talla de Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán.

Y el énfasis de los avances del Programa Nacional de Reconstrucción se dio cuando el evento en el exconvento dominico representa la historia vinculada al “humanismo, a la fraternidad, al amor al prójimo” a juicio de Ejecutivo federal.
Después de agradecer los esfuerzos que el gobernador de Oaxaca y la jefa de gobierno de la Ciudad de México han invertido en la reconstrucción, AMLO regresó al papel de la Iglesia católica alabando el papel evangelizador de obispos “como don Samuel Ruiz aquí en Chiapas, el papel del obispo Vera, el obispo Arizmendi, ahora el nuevo obispo de San Cristóbal, que nos da mucho gusto que nos acompañe”. Justo atrás del lugar de la jefa de Gobierno, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez escuchaba atento al presidente.
Igualmente presumió de las buenas relaciones con el nuncio apostólico Franco Coppola quien, a juicio de AMLO, es “una gente muy cercana al pensamiento del papa Francisco”.
No es la primera ocasión en la que el presidente López Obrador usa al Papa para justificar sus acciones de gobierno. En Chiapas volvió a considerarlo y lo puso como “el Papa más apegado a la doctrina cristiana que se haya tenido en mucho tiempo, es un papa con sensibilidad social, es un Papa que se ha pronunciado en favor de los pobres, lo que tienen que hacer todas las iglesias”.
“Por eso tiene todo nuestro respeto” y en la religión no se puede dejar de lado tomar partido por los humildes y pobres “y eso es lo que hace el papa Francisco” según AMLO reiterando el respeto al Papa a quien no dudó externar “toda nuestra admiración” acentuando la laicidad del Estado gracias al ejemplo papal: “Le agradecemos mucho que por ser de esa forma la Iglesia en México tenga una postura de respeto al Estado laico y que se actúe sin intervenir en asuntos que corresponden a la vida civil” concluyendo con la consabida sentencia evangélica: “Por el papa Francisco también se aplica en México la frase bíblica de que ‘A Dios lo que es Dios, y al César lo que es del César’. Al finalizar el acto, los asistentes entonaron el Himno Nacional mexicano.
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