Editorial Centro Católico Multimedial. “Si matas a un cura, puedes matar a cualquiera”

Editorial Centro Católico Multimedial. “Si matas a un cura, puedes matar a cualquiera”

El padre Bertoldo Pantaleón Estrada, desaparecido el 4 de octubre de 2025, fue hallado sin vida dos días después, ejecutado a balazos en un escenario que grita impunidad. No es un crimen aislado, sino el último eslabón en una cadena de desgracia que estrangula a la Iglesia católica en México donde han sido silenciados 95 personas, entre un arzobispo, sacerdotes, un diácono, religiosos y laicos, además de lamentar la ausencia de sacerdotes de los que nada se sabe.

El padre Pantaleón, párroco de San Cristóbal en Mezcala, recibió el reconocimiento y agradecimiento de una comunidad que ahora sufre la ausencia de su pastor. En un Guerrero asediado por cárteles que disputan cada palmo de tierra, el ejercicio del ministerio sacerdotal está en un terreno dominado por el crimen y el narco. Extorsiones a campesinos, las nuevas maneras de explotar a las comunidades, el reclutamiento forzado de jóvenes o la corrupción que pudre las raíces de la sociedad. Su asesinato no es una incidencia del clima de la tierra sin derecho, sino un mensaje que implica los signos de la descomposición y de la narcocultura que se ha enquistado para moldear las instituciones como el crimen lo quiere, sea la Iglesia, el Estado o los poderes constituidos.

Esto se ve reflejado en las insuficientes pesquisas para dar con los responsables del asesinato del padre Pantaleón. Detenciones para apaciguar la idea de que en México no hay impunidad. Una narrativa común desde los responsables de seguridad pública que intentan contener lo que no pueden controlar.  Guerrero es un modelo de la instalación de la narcodemocracia asociada a grupos del crimen que no toleran disidencia alguna.

El crimen organizado no es un «conflicto social», es un poder asimétrico que ha ocupado el vacío de autoridad que la clase política misma se encargó de transformar. Y todo apunta a que el asesinato del padre Bertoldo es un sacrificio en el altar del horror en el que han sido sacrificados miles de mexicanos, pero con una particularidad: La Iglesia no está por encima de ese oscuro poder. El mensaje del crimen organizado es claro, rigen este país, lo ponen en guerra donde les place, manipulan a funcionarios, penetran la economía, corrompen militares y marinos y hasta le fabrican santos y cultos. Si la Iglesia no está con ellos…

No se necesita ser profeta o agorero para decir que la impiedad, la crueldad, la tortura, el sadismo, el dolor, los lamentos, las heridas, las balas zumbantes, los cuerpos desmembrados y las desapariciones continuarán sin fin con este pecado estructural que pone al país al borde del abismo.

Como bien señalan los obispos en el Proyecto Global de Pastoral PGP 2031-2033: Tal parece que esta situación de violencia ha rebasado a las autoridades en muchas partes del país, los grupos delincuenciales se han establecido como verdaderos dueños y señores de espacios y cotos de poder y, debido a la furia y a la capacidad de terror de muchos de ellos, han puesto a prueba la fuerza de la ley y del orden. Son muchos los sufrimientos que a causa de la violencia a lo largo de estos últimos años se han ido acumulando en las familias del pueblo mexicano, (No 58)

Si el padre Pantaleón fue asesinado, pueden asesinar a cualquiera. Recordémoslo, cualquiera puede ser… otro activista o sacerdote, un catequista o ministro, un pastor o un obispo…

 

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