En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, el cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, presidió la misa dominical en el Santuario de los Mártires de Cristo Rey de la arquidiócesis de Guadalajara. La ceremonia, que se ha convertido en una tradición anual, reunió a cientos de familiares de personas desaparecidas, colectivos de buscadores y fieles que se congregaron para orar por las víctimas y sus seres queridos, en un acto de solidaridad y esperanza frente a una de las tragedias más dolorosas de México.
Buscadores de Jalisco caminarios desde el Chedraui Colón hasta el Santuario portando las reliquias de los mártires mexicanos y colocaron lonas con los rostros de sus familiares desaparecidos. El atrio del templo se llenó de fichas de búsqueda, carteles y mensajes que reflejaban el dolor y la incansable lucha de las familias por encontrar a sus seres queridos.
Con palabras de consuelo y solidaridad, el cardenal Robles Ortega recordó a las familias que “María es madre y sabe lo que es perder a un hijo”. En su homilía, expresó la solidaridad de la Iglesia con quienes sufren esta “realidad dolorosa” y llamó a orar no solo por los desaparecidos, sino también por aquellos que causan tanto daño, para que encuentren el arrepentimiento y la conversión. “Dios toca el corazón de quienes han hecho mal, y a veces, gracias a ello, las familias reciben información verídica para localizar restos”, afirmó, citando testimonios de las madres buscadoras.
Robles Ortega, conocido por su compromiso con las víctimas de desaparición forzada, reiteró su crítica a la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades. En un contexto donde Jalisco registra más de 15,000 personas desaparecidas, según el Registro Estatal de Personas Desaparecidas, el arzobispo lamentó que la cifra siga en aumento y que las familias no perciban un interés claro por parte del gobierno para prevenir o resolver estos casos. “Es una tragedia humana que no podemos permitir que se normalice”, enfatizó, instando a las autoridades a garantizar justicia y apoyo a las familias afectadas.
Durante la misa, el cardenal también exhortó a los colectivos a mantenerse unidos y a no perder la cercanía con Dios en su búsqueda. “La fe es un recurso válido y poderoso”, aseguró, recordando que la oración puede mover corazones y abrir caminos hacia la verdad.
La misa se celebró un día después de una marcha masiva organizada por diversos colectivos, como Luz de Esperanza y Madres Buscadoras de Jalisco, que partió de la Glorieta de las y los Desaparecidos hacia el Palacio de Gobierno. Esta manifestación, realizada el 30 de agosto, buscó visibilizar la crisis de desapariciones en Jalisco, se estima que 10 personas desaparecen diariamente, según declaraciones de representantes de los colectivos.
El cardenal Robles Ortega, quien ha acompañado espiritualmente a las madres buscadoras, subrayó la importancia de mantener viva la memoria de los desaparecidos. “Cada persona desaparecida es única e irrepetible, con una historia y una familia. No podemos dejar que caigan en el anonimato”, afirmó, destacando la necesidad de que la sociedad y las autoridades no olviden esta problemática.
La ceremonia en el Santuario de los Mártires fue un momento de encuentro y consuelo para las familias, quienes, a pesar del dolor, encontraron en la fe un refugio para seguir adelante. El cardenal cerró su mensaje con un llamado a la esperanza, recordando que la Iglesia está cerca de quienes sufren y que la oración es un arma poderosa para transformar realidades. “Que la Virgen María, Madre de los Dolores, acompañe a todas las familias en su búsqueda de verdad y justicia”, expresó el purpurado mientras muchos rostros de madres buscadoras derramaban una lágrimas por sus hijos desaparecidos con la esperanza de encontrarlos cin vida.
En redes sociales, el arzobispo Robles Ortega compartió en un post en el que encomendó a los familiares a los santos mártires mexicanos y a los que hacen el mal para que se muevan al “arrepentimiento y la conversión”. “Los santos y beatos mártires mexicanos derramaron su sangre por confesar y defender su fe en Jesucristo. Les pedimos a ellos que, por su intercesión, nos alcancen la gracia de la conversión, de la paz, de la reconciliación, del amor y del respeto a la vida, en México y, en particular, en nuestro Estado de Jalisco”, destacó.
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