Hace unos días hemos tenido conocimiento de la carta enviada por algunos teólogos a los obispos con el tema de las herejías del Papa Francisco. Como ya es habitual en estos tiempos, se ha intentado silenciar el asunto desde los órganos oficiales. La rápida difusión del texto y la continúa suma de adhesiones ha saltado las alarmas y hay muchos nervios sobre las logias de Rafael. Podemos asegurar a los lectores que en la ‘terza logia’ se mira con lupa la red y se analiza hasta la más pequeña alusión a todo lo que pueda afectar, directa o indirectamente , a los intereses Vaticanos, que no siempre son los mismos que los de la Iglesia Católica, y que en estos tiempos parecen preocupar mucho más.
Ante una noticia que refleja un hecho objetivo y real que no gusta, se procede con un doble criterio. Un primer paso es el silencio. Cualquier intervención puede agrandar lo que se puede hacer pequeño. Se intenta que el tema desaparezca. Si la cosa sigue en el tiempo hay que estudiar la estrategia de ataque. Aquí se empieza a estudiar si es conveniente intervenir o no, en caso afirmativo entramos en una segunda y complicada situación y hay que programar qué se dice, cómo se dice, cuándo se dice, dónde se dice.
Si analizamos las reacciones de los últimos escritos contra el Papa Francisco, desde los famosos ‘dubia’ hasta la actual carta, pasando por el testimonio Viganò, podemos seguir estas líneas de estrategia con mucha claridad. Lo primero que llama la atención es que en ningún caso se entra en el contenido porque es evidente que es cierto y se aportan demasiados datos irrefutables. No se puede entrar en una lucha sobre el fondo porque está perdida de antemano. Pasamos al segundo paso de estrategia y entramos en la vía inicial del silencio. Mejor no decir nada y que el desagradable tema desaparezca del orbe y se pierda en la maraña de información que nos inunda a diario. Este paso era mucho más fácil antes de la aparición de la redes sociales. Se decía que nada hay más viejo que la primera página del periódico del día anterior. Esto ya no es así porque los potentes buscadores, al alcance de todo el mundo, hacen que los temas viejos son siempre nuevos y hay que introducir otros contenidos que anulen los anteriores. El silencio es cada vez más complicado porque, si el tema sigue interesado, se escucha y divulga sin oposición y los silencios aparecen como cómplices. Aquí entramos en el qué se dice, cómo se dice, cuándo se dice, dónde se dice.
En los casos que tratamos no es posible entrar en la descalificación del contenido. Todo el mundo sabe, guste o no, que es cierto y documentado. Cuanto más se hable del contenido estamos ante el riesgo de que se vea con claridad su veracidad y que aumenten las pruebas documentales. Por tanto se evita entrar en el fondo del asunto. No se puede contraponer una negativa, el Papa Francisco no es un hereje, e intentar demostrarla. En esta situación lo único atacable es la firma. Estamos ante la des acreditación de los firmantes y los ataques personales de todo lo que se pueda descubrir sobre sus vidas públicas o privadas. Ya solo queda decidir en que momento se dice y en que medios. Por ahora vemos que se evita el cauce oficial y se filtran noticias en medios para oficiales. Hoy tenemos el resultado de todo esto en Vatican Insider con el último escrito sobre el papa hereje. Además se intenta, sin decirlo, orientar el fondo hacia un presunto pensamiento abierto y progresista de papa Francisco que choca con oscuras posiciones.
Estamos calentado motores para el sínodo de la Amazonía. El Papa Francisco nos ilustra sobre la industria minera que no respeta a las comunidades aborígenes. A veces, seguro que por nuestra falta de compresión, tenemos la sensación de que se quiere crear una especie de zoológico con tribus aborígenes para que sigan viviendo en el neolítico. No cabe duda de que es un trabajo de laboratorio interesante pero lejos de toda realidad. No es posible mantener una tribu celta en el centro de la comunidad europea. Asterix y Obelix son geniales pero entran en el mundo de la ficción. Los italianos han usado durante mucho tiempo una expansión diferente y humorística del acrónimo SPQR , » Sono Pazzi Questi Romani » (literalmente: «Están locos, estos romanos»). Es posible que los aborígenes del Amazonas estén en esta línea de pensamiento.
En Venezuela las cosas pintan mal. Rezamos para que esta pesadilla que afecta al país hermano termine cuanto antes. Ya hay muertos y muchos heridos. Son demasiado años de dolor y demasiados venezolanos que han tenido que dejar su tierra. Hoy no son tiempos de dar la vida por la patria, ni por Maduro , ni por Bolivar, y se prefiere poner tierra por medio hasta que las cosas cambien. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, creó en el 2013 el ministerio “para la Suprema Felicidad Social del Pueblo”, por lo que vemos, con muy escasos resultados.
«…el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores.»
Buena lectura.
PG: IL PAPA SI DISFA DELL’OSSERVATORE ROMANO PERCHÉ TANTO C’È REPUBBLICA…È PIÙ LIGIA.
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