León XIV y la ‘presencia de Dios’, regreso ‘al apartamento’, ser papa no es fácil, vuelve la música al Vaticano, el ‘lamentable’ documento, «domus Dei et porta coeli», los eternos post concilios, los derechos de Dios, ‘aplastando el alma’.

León XIV y la ‘presencia de Dios’, regreso ‘al apartamento’, ser papa no es fácil, vuelve la música al Vaticano, el ‘lamentable’ documento, «domus Dei et porta coeli», los eternos post concilios, los derechos de Dios, ‘aplastando el alma’.

Nos enfrentamos a un día muy intenso, con muchas noticias y muchos artículos de fondo, siempre complicados de presentar.  Vamos a intentarlo de nuevo y empezamos agradeciendo a nuestros lectores las molestias por el cambio de formato de Infovaticana, pensamos que muy mejorada, y la riqueza de poder ofrecer en las principales lenguas todo el contenido de la página.

Durante el vuelo a Roma, León XIV respondió  a las preguntas de los periodistas que le pedían un libro para  «entender quién es Prevost». Señaló un pequeño volumen sobre espiritualidad : «La práctica de la presencia de Dios», del hermano Lorenzo«Si quieren saber algo sobre mí, sobre lo que ha sido mi espiritualidad durante tantos años lean este libro». Muchos de los periodistas  no rezan, algunos no creen y casi todos ven el Vaticano con las categorías del poder y la intriga. Señalando un libro de un carmelita descalzo , recordó a todos que el Papa es ante todo un hombre de Dios, y que su principal tarea no es gestionar expedientes , sino hablar de Jesús . A los jóvenes de Bkerké, les dijo: «Me preguntaron dónde encontrar el ancla para perseverar en el compromiso con la paz. Queridos amigos, este ancla no puede ser una idea, un contrato ni un principio moral. El verdadero principio de la nueva vida es la esperanza que viene de lo alto: ¡es Cristo! Jesús murió y resucitó para la salvación de todos. Él, el Viviente, es el fundamento de nuestra confianza; es el testigo de la misericordia que redime al mundo de todo mal. Como nos recuerda san Agustín, haciéndose eco del apóstol Pablo: «En Él está nuestra paz, y de Él viene nuestra paz».

«La Práctica de la Presencia de Dios» es un pequeño libro compuesto por un prefacio , cuatro Conversaciones y una serie de Cartas de Nicolás Herman , nacido en Lorena, exsoldado y camarero, que ingresó en los Carmelitas Descalzos de París como hermano lego en el siglo XVII. El prefacio narra su historia casi con modestia: su conversión tuvo lugar alrededor de los dieciocho años, en pleno invierno, ante un árbol desnudo . Al contemplar ese tronco desnudo, Lorenzo intuyó que la primavera lo volvería a cubrir de hojas, flores y frutos; de esa sencilla escena, nació en él una «visión elevada de la Providencia y el Poder de Dios» que nunca lo abandonaría. Dios no llega a través de experiencias extraordinarias , sino a través de un fragmento de la realidad observado con seriedad. Desde ese momento, el hermano Lorenzo decidió vivir como si estuviera «en la presencia de Dios» : no para escapar del mundo, sino para estar en él de una manera diferente.

Si se hojean las Conversaciones, el tema subyacente del libro emerge de inmediato: la decisión radical de encomendar todo a Dios , incluso lo más banal. El hermano Lorenzo insiste en que no se trata de cambiar de profesión ni de buscar lugares más «espirituales»; se trata de cambiar la forma de vivir aquello a lo que ya se está llamado. Otro tema recurrente es la confianza . Lorenzo confiesa que pasó años convencido de su destino a la condenación. Ningún argumento teológico podía tranquilizarlo; y aun así, decidió seguir amando a Dios «pase lo que pase», seguro de al menos una cosa: que había intentado vivir para Él hasta la muerte. Esta decisión de no medir la vida espiritual por el sentimiento, sino por la fidelidad, se convierte en la puerta a una gran libertad interior : al final, comprendió que el problema no era la culpa, sino la falta de fe en la misericordia.

La cuenta atrás para el traslado del Papa León XIV «al apartamento»  ha empezado. Ya tenemos  imágenes muestran el trabajo de manutención en el techo del Palacio Apostólico, que se está reformando en estos días. Todo apunta a que las habitaciones del Papa estarán listas para ser ocupadas en los primeros días de enero. En unos días se cumplirán siete meses desde que fue elegido y el Papa León aún permanece en el apartamento que ocupaba como cardenal, en el Palacio del Santo Ufficio. Nos dicen que la reforma ha sido complicada ya que algunas estancias del Palacio Apostólico llevaban sin tener un uso desde hace 13 años, cuando Benedicto XVI se trasladó  tras presentar su dimisión. La Guardia Suiza, que en los últimos meses se ha desplazado de casa Santa Marta al Palacio del Santo Ufficio, retornará a sus puestos de vigilancia y control tradicionales.

Ya tenemos el abeto alzado en la plaza de San Pedro y siempre es recibido con recelo porque supone la tala de un gran ejemplar.  Lo cierto es que proviene de un territorio donde se talan decenas de miles de árboles cada año para gestionar activamente el bosque y producir madera y otros servicios.  El abeto de 25 metros de altura fue extraído «con respeto al bosque», así se destaca enfáticamente en el comunicado del Vaticano. El obispo del árbol, el Ivo Muser, de Bolzano-Bressanone: « La tala del árbol no es un acto irrespetuoso, sino el fruto de una gestión forestal prudente, donde la cosecha forma parte de un enfoque activo que garantiza la salud del bosque y monitorea su crecimiento». «El árbol permanecerá en exhibición hasta el final de la temporada navideña. Posteriormente, se extraerán aceites esenciales de sus ramas verdes, mientras que la madera restante se donará a una organización benéfica que se encargará de su recuperación». 

Monseñor Stefanetti era una imagen muy familiar en la ceremonias pontificias, nos ha dejado a los 73 años, era el decano. Dado que la liturgia papal no requiere tiempo integral para las ceremonias pontificias, con la excepción de Monseñor Maestro y sus secretarios, la mayoría de las ceremonieros trabajan en otros dicasterios.  Debido a sus problemas de salud, durante algunos años no se le vio ejerciendo su función litúrgica, aunque continuó como decano.

La Primera Ministra Giorgia Meloni realizó una visita no programada a Awali, Baréin, a la Catedral de Nuestra Señora de Arabia, sede del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte, que abarca Baréin, Kuwait, Catar y Arabia Saudita. Estuvo acompañada por el Vicario Apostólico para Arabia del Norte, Monseñor Aldo Berardi.  Es la iglesia católica más grande del Golfo, con capacidad para 2300 fieles.

Ser Papa no es cosa fácil. León XIV debió darse cuenta de ello en su primer viaje apostólico, y no solo por su apretada agenda. Si bien todo marchaba bien  con los patriarcas ortodoxos, los patriarcas católicos con los que se reunió en privado en la nunciatura apostólica de Beirut le plantearon algunas inquietudes.  Desde hace años, la Iglesia siro-católica vive un verdadero terremoto interno, previamente oculto al público, pero que hoy podemos revelar. El Patriarca, de ochenta y un años, ya no cuenta con la confianza de la gran mayoría de sus obispos. Este tira y afloja se prolonga desde 2021 y preocupa a Roma. Younan quería que uno de sus candidatos fuera elegido obispo, pero el Sínodo siro-católico se opuso firmemente. Mediante manipulación y presión, esta situación ha llegado a conocimiento del Dicasterio para las Iglesias Orientales y del propio Papa. El Patriarca no es más que un primus inter pares que nada puede hacer contra la mayoría de sus hermanos. Probablemente anticipando un enfrentamiento con ellos, Younan pospuso dos veces la convocatoria del Sínodo hasta que el propio Francisco intervino, instándolo a volver a convocarlo en Roma para julio de 2025. A pesar de la resistencia, León XIV confirmó la decisión de su predecesor. El Sínodo resultó fatal para el anciano patriarca: casi todos los Padres Sinodales solicitaron su renuncia voluntaria. Esta solución se concibió como una señal de respeto, para evitar que la situación se hiciera pública, pero no obtuvo el consentimiento del patriarca. A esto le siguió la dolorosa decisión de retirarle su confianza, ante la mirada neutral del Prefecto Gugerotti.  El Papa León rechazó la petición  de permanecer en el cargo un año más, concediéndole solo un mandato de seis meses. El tema se ha tratado a puerta cerrada en la nunciatura, pero es improbable que León XIV cambie de opinión, y quizá no sea sorprendente que haya dedicado poco tiempo a este punto de la agenda.
En Venecia se ha celebrado el 60.º aniversario del levantamiento de las excomuniones mutuas entre católicos y ortodoxos, en presencia del cardenal Zuppi, metropolitano Policarpo de Italia y exarca del Sur de Europa, y el patriarca Moraglia de Venecia. El recuerdo del 60.º aniversario de 1965, cuando, en el Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI y el Patriarca de Constantinopla, Atenágoras, acordaron levantar las excomuniones mutuas entre católicos y ortodoxos en 1054.
Prácticamente prohibidos bajo el papado de Francisco, los grandes conciertos del Vaticano con León XIV están de vuelta. En pocas semanas, se han programado dos importantes eventos en el Aula Pablo VI. El primero, con el maestro Riccardo Muti, se celebrará el 12 de diciembre, coincidiendo con la entrega del Premio Ratzinger al artista y el  sábado 6 de diciembre, Michael Bublè actuará en el Concierto de Navidad para los Pobres, un tradicional evento benéfico.  La velada se celebrará en el Aula Pablo VI, y el artista estará acompañado por la Orquesta Nova Opera y el Coro de la Diócesis de Roma, bajo la dirección de  Frisina. El Vaticano está reviviendo una tradición que comenzó en 1966, cuando la Orquesta Sinfónica de la RAI ofreció una velada en honor a Pablo VI.
El obispo Bernard Fellay, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, en una entrevista : «El camino al Cielo es difícil. Nuestra época ha alcanzado una intensidad de maldad mayor que antes. Las tentaciones son mayores que nunca», Explicó que ha habido una terrible crisis en la Iglesia desde el Vaticano II, incluyendo un aterrador descenso de vocaciones: «Uno se pregunta hasta dónde puede llegar».  «La influencia de la Iglesia en el mundo se ha reducido a la nada». El obispo Fellay citó la conocida predicción del cardenal Ratzinger de que la Iglesia tal como la conocemos desaparecerá y quedará reducida a «pequeñas islas»: «Me temo que estamos muy cerca de ese momento». «Muchas cosas en la Iglesia ya han sido destruidas». Fellay calificó de «lamentable» el documento mariano del Tucho: «Es un insulto a Dios. Dios quiere que sus criaturas colaboren y cooperen en su obra». Dios quiso que la Santísima Virgen María cumpliera su función única, y que muchos papas habían usado el título de «Mediadora» y, en ocasiones, de «Corredentora», o formulaciones similares. Fellay recordó que, antes del Vaticano II, los teólogos estaban cerca de definir un dogma mariano de María como Mediadora de todas las gracias. Cree que el motivo del documento de Tucho es la conciliación ecuménica: «Hay un espíritu protestante en la Iglesia».
El 21 de octubre, el cardenal Blase Cupich publicó una reflexión sobre la liturgia y su relación con la pobreza. Esta carta generó debate, y Nicola Bux, escribió una carta abierta, publicada el 18 de noviembre.  Según Cupich, la reforma litúrgica inaugurada por el Concilio Vaticano II está en armonía con el creciente sentido de la necesidad de una nueva imagen de la Iglesia, más sencilla y sobria […] no definida por los elementos del poder mundano. Para Cupich, el Misal Romano reformado habría recuperado así su antigua sobriedad, perdida a lo largo de los siglos a causa de una Iglesia mundana por su propia hegemonía cultural. Bux cuestiona la idea de que la Tradición litúrgica sea una forma de «espectáculo», ajena al pueblo de Dios y argumenta que es precisamente la solemnidad del culto la que expresa la presencia de Cristo y convierte al mundo. Hoy tenemos entrevista Bux: «La tendencia actual es efecto del giro antropológico de Karl Rahner, que ha penetrado también en el culto divino: en lugar de hablar de Dios, se habla del hombre y del mundo –lo profano– , un término que indica la realidad del mundo antes y alrededor ( pro ) del templo ( fanum )». «La liturgia es el eje, el culmen et fons , de la vida de la Iglesia. En esto, el cristianismo conecta con el sentido religioso de los antiguos y lo lleva a su plenitud mediante la Encarnación del Hijo. El término templo no impidió que, en la Iglesia primitiva, se llamara domus ecclesiae al lugar de culto de la asamblea , la «casa de la Iglesia» reunida desde cualquier lugar. Quien reúne es Dios; Él es el constructor y, por lo tanto, el primer habitante de la domus , como lo afirma el rito de la dedicación de una Iglesia: es, pues, la casa de Dios, domus Dei et porta coeli , aunque Él es Aquel a quien los cielos no pueden contener.
«Tras el Concilio Vaticano II, se enfatizó a menudo al Señor como el «completamente otro», pero luego terminó siendo reducido a uno de nosotros». «En realidad, dentro de la Iglesia hay desacuerdo sobre la naturaleza de la sagrada liturgia: quienes la consideran un culto sagrado debido a Dios y quienes, en cambio, la consideran un entretenimiento humano, quizá con un barniz religioso, como observó Ratzinger, y por tanto un espectáculo profano».  «Los derechos de Dios en el culto que se le debe deben ser restaurados y preservados mediante un Codex liturgicus que regule lo que afirma la Constitución, especialmente el artículo 22c del Sacrosanctum Concilium : nadie, ni siquiera un sacerdote, puede añadir, quitar o cambiar nada en la sagrada liturgia». 
La historia de los Concilios muestra que la verdad de la fe se afirma sólo después de duras batallas, entre crisis, retrocesos e interminables períodos postconciliares que todavía hoy piden ser superados. Un Concilio siempre constituye un paso adelante en la autoconciencia del pueblo de Dios, pero para consolidarse debe sobrevivir a su posconcilio. Desde el principio, con Nicea  sucedió así, el fin del arrianismo, tuvieron que pasar otros cuatro siglos.  Cuando hoy oímos hablar de Jesús como un gran hombre, un verdadero sabio, un poderoso hacedor de milagros, un revolucionario sincero, un sabio supremo pero, por favor, de ninguna manera Dios encarnado, bueno… el arrianismo es precisamente esto. Por lo tanto, parece que estamos presenciando una recaída. La batalla continúa y también la oscuridad.

El Concilio de Nicea fue muy animado, con la bofetada pública de San Nicolás (el de las fiestas navideñas) contra el hereje Arrio por sus blasfemias sobre Jesús. Luego vino la dolorosa patada en los testículos de un arriano a Hipacio, obispo de Gangra, quien sufrió una hernia inguinal por el resto de sus días. Hoy es el protector de la virilidad y el sistema urogenital masculino, gozando de gran veneración en Salento e incluso en Rusia.  Después de Nicea, el conflicto posconciliar se intensificó. Citemos solo algunos de los muchos episodios: en 330, el obispo ortodoxo Eustacio, el primer patriarca de Antioquía, fue depuesto por Constantino después de que una prostituta proarriana lo acusara de haberla embarazado, y fue reinstalado años después, gracias al arrepentimiento y la confesión de la mujer. En Constantinopla, en el año 343, el general Hermógenes, enviado por el emperador Constancio para instalar al obispo arriano Macedonio, fue linchado por una turba enloquecida; en el año 379, el obispo Eusebio de Samosata fue asesinado por una teja arrojada por una mujer arriana; el obispo de Alejandría, San Atanasio, fue obligado por los arrianos a abandonar su sede episcopal cinco veces.

El clima eclesial era tenso y acalorado, Gregorio de Nisa lo describió así, entre irónico y afligido: «Si preguntas por el dinero, te da una disertación sobre los engendrados y los no engendrados; si preguntas el precio del pan, «el Padre es mayor», responde, «y el Hijo está sujeto». Pregunta si el baño está listo, y declara que el Hijo viene de la nada. No sé cómo llamar a este mal: frenesí, locura o alguna especie de epidemia que abruma la mente». San Jerónimo, unos cincuenta años después de la ortodoxia casi unánime de los 318 Padres de Nicea, escribió su famosa frase: Ingemuit totus orbis, et arianum se esse miratus est , «el mundo entero gimió y se maravilló al encontrarse arriano».  Según  Newman, en aquel siglo IV, la verdad de la fe se preservaba gracias al sensus fidei del pueblo , ya que casi todos los obispos habían sucumbido al poder imperial y la herejía. De aquel furioso período posconciliar, deberíamos concluir que el primer concilio ecuménico de la historia de la Iglesia había fracasado; pero a largo plazo —lo que León XIV definió como «el largo período de confianza en el que Dios obra»—, no fue así. El discurso de Joseph Ratzinger de 1985 sobre el Vaticano II y el período posconciliar debería reinterpretarse bajo esta luz: «Los resultados que siguieron al Concilio parecen cruelmente opuestos a las expectativas de todos… Los cristianos vuelven a ser minoría, más que en ningún otro momento desde el fin de la antigüedad». Quién sabe si estamos en el final de este  interminable período posconciliar. 

Nos vamos por lo civil con noticias que indican la terquedad de los amigos de las Naciones Unidas y los nuevos vientos desde Estados Unidos.  Las Naciones Unidas siguen a lo suyo y  la OMS pidió recientemente un acceso gratuito y fácil a la fertilización in vitro (FIV) que destruye embriones para todos, incluidos aquellos en relaciones de género diverso. La «primera directriz mundial sobre infertilidad» del grupo menciona algunas áreas de preocupación genuina, sugiriendo que una «dieta saludable, la actividad física y el abandono del tabaco» pueden ayudar con los problemas. También se centra en políticas identitarias y políticas que no se centran en los niños, sino en la idea errónea de que todos tienen derecho a tener un hijo, sin importar cuántos embriones humanos se destruyan en el proceso. El informe afirma que los derechos humanos incluyen concebir un bebé, presumiblemente con generosos subsidios de las compañías de seguros o de los contribuyentes:  las personas solteras o que mantienen relaciones del mismo sexo o de género diverso pueden necesitar servicios para satisfacer sus preferencias en materia de fertilidad.

En Estados Unidos las cosas están cambiando muy rápido y para bien con una corriente de sentido común.  El próximo informe sobre derechos humanos en el mundo incluirá, entre otras violaciones de la dignidad humana, la financiación del aborto, las leyes contra la libertad de expresión y los tratamientos para la «transición de género». Esto marca un punto de inflexión histórico para el Departamento de Estado y también se incluye la referencia a Dios. A partir de 2026, cambiará significativamente la forma en que elabora su informe anual sobre derechos humanos a nivel mundial.  Se considerarán violaciones de derechos humanos: los tratamientos hormonales y las cirugías dirigidas a niños en transición de género; los abortos financiados por el gobierno; las leyes que socavan la libertad de expresión; las políticas de contratación basadas en la diversidad, la igualdad y la inclusión (DEI), es decir, las prácticas de contratación preferencial basadas principalmente en la raza y la identidad LGBT; y la eutanasia coercitiva.

El cambio fue comunicado a todos los consulados y embajadas estadounidenses. «Este telegrama contiene instrucciones precisas que inspiran profunda gratitud por parte de los representantes del movimiento provida a nivel mundial».  En cuanto al asesinato de niños no nacidos, a partir del próximo año, los diplomáticos estadounidenses deberán indicar no solo si los gobiernos subvencionan el aborto y los abortivos, sino también el número total estimado de abortos que se realizan cada año en un país determinado. El aborto electivo será considerado como lo que es: un grave atentado contra la vida y la dignidad humana.  Las violaciones de los derechos humanos también incluirán la facilitación de la inmigración masiva o ilegal «a través del territorio de un país hacia otros países». «Estados Unidos mantiene su compromiso con el reconocimiento de la Declaración de Independencia de que todos los hombres están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables», y añadió que los derechos «nos los otorga Dios, nuestro Creador, no los gobiernos».

Y terminamos con un libro de lectura obligada. Con el pontificado del papa Francisco, el número de obispos jóvenes se ha disparado y, salvo algunos ingenuos, todos se han dado cuenta de que muchos de estos nombramientos están resultando perjudiciales. ¿Por qué? Porque falta madurez , falta experiencia, y a menudo los implicados acaban padeciendo un rol que por una parte han perseguido espasmódicamente , pero por otra los aprisiona: siempre bajo la mirada del pueblo y de los hermanos, aplastados por el peso de una diócesis y de todos los problemas que ella trae consigo. Tenemos publicación sobre el tema de Dom Dysmas de Lassus, prior cartujo y autor de «Aplastando el alma: Riesgos y derivas de la vida religiosa «.  Los obispos que gobiernan la diócesis como suspendidos en una especie de adolescencia prolongada. Hombres de Iglesia que, en lugar de representar una paternidad madura, terminan entrando en dinámicas de celos, chismes y camarillas,  que un obispo maduro debería saber desactivar, no alimentar.  Son obispos que exigen obediencia total y que reaccionan como adolescentes heridos cuando un joven sacerdote es más solicitado por el pueblo que ellos o se atreve a cuestionar sus visiones y peticiones.  Hoy  se llena la boca de sinodalidad pero actúan como déspotas , y sus decisiones a menudo llevan la marca del resentimiento , el rencor y el deseo de castigar . ¿Y si te rebelas? Te envían a un psicólogo, no a alguien verdaderamente libre y competente, sino al profesional de confianza de su círculo, más funcional para «lavarle el cerebro» al sacerdote. Una de las formas más sutiles de abuso es el uso de nombramientos como medio de castigo no declarado. No existen decretos que mencionen sanciones ni medidas disciplinarias escritas, pero basta con un simple vistazo al mapa diocesano para comprenderlo : sacerdotes «problemáticos» terminan en las parroquias más alejadas, sacerdotes con un fuerte apoyo juvenil son trasladados a lugares donde prácticamente no hay jóvenes, y quienes se atreven a proponer una pastoral más dinámica terminan en lugares remotos.  Un joven sacerdote aislado corre el riesgo de sufrir depresión , repliegue en sí mismo y pérdida de entusiasmo vocacional. La soledad no elegida, impuesta «por obediencia», puede convertirse en caldo de cultivo para todo tipo de fragilidad: adicciones, cinismo y pérdida de fe en la Iglesia. El obispo ya no es el padre que discierne con el sacerdote, sino el líder que pretende decidir, en lugar del sacerdote , lo que Dios quiere de él. La «obediencia» se convierte así en un mecanismo que permite al superior ocupar el lugar de la conciencia.  El abuso espiritual es un abuso de autoridad agravado por el uso de la autoridad divina : se invoca a Dios para obtener lo que se desea, la voluntad se sacraliza para hacerla indiscutible. «Soy vuestro obispo», «Os digo cuál es la voluntad de Dios», «Si me desobedecís, desobedecéis a la Iglesia», etc.

«…pero no se cayó porque estaba cimentada sobre roca».

Buena lectura.

 

 

 

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