Tenemos la sensación de que en Venezuela lo que menos importa son los venezolanos. Tenemos la sensación de que en la inmigración lo que menos preocupa son los inmigrantes. Tenemos la sensación de que en los abusos a menores lo que menos preocupa son las víctimas. Cada vez son más evidentes las posiciones ideológicas ante problemas humanos que quedan sin solución y se complican.
Es inútil intentar marcar equidistancias con un tirano. Los equilibrios sirven para defender al tirano. Mientras el Papa Francisco, y los políticos de la cuerda, siguen con Maduro. La catástrofe ocasionada por el régimen Venezolano se lleva por delante la vida de sus ciudadanos. Millones de emigrantes a los que tenemos que acoger pero de los nadie defiende su derecho a estar en su país y en casa con tranquilidad. Es evidente que todo emigrante tiene derecho a luchar por un futuro mejor pero olvidamos el derecho a que no lo expulsen se su casa y de su país. Venezuela es un país rico y, como tantos en América, se ve sumido en una pobreza provocada. Es muy triste que existan estas situaciones pero es mucho más triste e incompresible que se defiendan por personas que en las que se presume una cierta inteligencia. La posición Vaticana por ahora indefinida.
El Papa Francisco pide políticos que no sean corruptos. Las sociedades deben contar con mecanismos que aseguren el control de sus gobernantes. Las personas que buscan la honestidad se ven honrados al ser controlados porque esa es la garantía de que no pueden ser falsamente acusados. Cuando en una sociedad se debilitan los controles todo es posible porque el ser humanos es el que es y no somos ángeles. Basta recordar lo que está sucediendo con el tratamiento de los casos de pedofilia en la iglesia para ver como nace, crece y se desarrolla por decenios una red de corrupción. Si se nos olvida que el pecado original existe pasan estas cosas.
El Papa Francisco ha reconocido en muchas ocasiones que no utiliza las redes sociales. Es un mundo que se ha extendido con gran rapidez y que ha dejado fuera de juego a generaciones de adultos. Los nuevos retoños ya nacen conectados a la red y desde que entran es esta vida mortal utilizan con desenvoltura los mundos virtuales. Es indudable que todo esto tiene aspectos negativos y poco deseables. De muchas otras cosas no sabemos sus consecuencias como de todo lo nuevo que aparece. Hasta un ciego ve que el mundo virtual está cambiado las relaciones humanas y la comunicación. El control de la información es una de la formas fundamentales que tiene el poder para existir y conservarse. Los políticos de todos los tiempos han puesto todo su interés en controlar la información. Los extremos que hemos visto en los antiguos países comunistas son de libro. Internet ha hecho saltar esto por los aires y ha convertido el mundo en una unidad de información. Contra esto los poderes tradicionales no pueden luchar, aunque lo intenta controlar, y ven como se desmorona su mundo. La iglesia no es ajena y cuanto antes nos acostumbremos a vivir en medio de la red mejor porque anularla es imposible. Es increíble la sensación de fuera de juego que estamos viendo en la gerontocracia Vaticana.
Acusaciones se sincretismo a algunos de los últimos papas viene desmontadas en un interesante artículo.
Las víctimas por frio en Roma ya son 10. Mientras discutimos sobre muros y puertas abiertas se mueren delante nuestros ojos.
La Ciudad del Vaticano nace en 1929 como realidad política. El Papa Pio IX recrea muchos ámbitos de pequeño estado de la mano del arquitecto Giuseppe Momo. Muchas de las imágenes que estamos habituados a ver son suyas.
«Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo.»
Buena lectura.
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