La ópera es un género musical típicamente italiano que tiene un origen relativamente reciente aunque podemos encontrar antecedentes desde la más remota antigüedad. Se considera la primera ópera ‘La Dafne’ de Jacopo Peri en 1597. Es este género se mezclan todas las posibilidades artísticas, desde el texto, la música, las arquitecturas efímeras, con todas las combinaciones que se puedan imaginar. Tenemos óperas de cámara, operetas, serias y bufas y mezclas como el ‘dramma giocoso’. En la ópera no importa el final, a fin de cuentas todos morimos y así termina toda historia humana, lo importante es la trama, las idas y venidas, los enredos sin fin, las situaciones imposibles. Vivimos en una verdadera ópera, opereta o drama alegre, en este tiempo el género es lo de menos.
Empezamos haciendo una referencia, una más, y lo hacemos con gusto a The Wanderer en su artículo Atmósfera enrarecida, lo tenemos en español e invitamos a su lectura. La tesis fundamental es que «el ambiente, en la Iglesia y en el mundo, está cada vez enrarecido», y nos da los argumentos y las pruebas. «El Papa Francisco se desentiende de la custodia de la fe del rebaño que le fue confiado, siendo esa la función principal de su cargo, y prefiere instarlos a que se vacunen contra el Covid, inmiscuyéndose en una decisión que es prudencial y que cae totalmente fuera de su función (…) ni el Papa ni los obispos puedan decir nada al respecto invocando su cargo, y mucho menos la estupidez radical de calificar el vacunarse como un “acto de amor”». Sin duda interesante y merece una lectura.
Estamos viviendo un proceso de secularización del papado y estamos llegando al último acto. El nivel ha bajado tanto que es complicado encontrarlo y estamos llegando a la idea de que el Papa debe renunciar a ser el último recurso en la definición de la verdad de la fe de la moral. El Papa Francisco evita contestar a preguntas de gran importancia para la vida de la Iglesia. El caso más conocido son los dubia tras la publicación de la Amoris laetitia. Pero también. La solicitud de algunos obispos alemanes de una palabra clara sobre la comunión para los protestantes, o la solicitud del presidente de los obispos estadounidenses sobre la posibilidad de dar la comunión a los políticos abortistas. Se rebajan las posiciones de la Iglesia en la evaluación de muchos fenómenos del mundo actual al nivel de otros sujetos sociales y políticos internacionales. Las encíclicas Laudato si y Fratelli dicen básicamente lo mismo que los documentos de Naciones Unidas.
Empezamos con reflexiones sobre el próximo cónclave, sea cuando sea, alguna vez llegará. Mascarucci nos ofrece los movimientos cardenales que tienen alguna posibilidad en el futuro Cónclave. A principios del tercer milenio, con Juan Pablo II agobiado por la enfermedad, los medios progresistas estadounidenses, asumiendo que el pontífice habría muerto pronto, comenzaron con al menos cinco años de antelación a lanzar la candidatura de Martini y el cónclave eligió a Joseph Ratzinger. El cardenal Zuppi parece hoy el mejor situado, su tolerancia con la misa tradicional se ve cómo un gesto intentando arrimar votos, todos serán pocos. Se ha manifestado claramente a favor de cambiar el texto de la ley Zan, y expresó públicamente la solidaridad con la Liga luego de recibir insultos de partidarios de la ley. Un campeón de acrobacias para navegar entre los llamamientos a la inclusión de las personas homosexuales y la defensa de la familia natural, logrando ser apreciado por las organizaciones arcoíris y por los católicos del Día de la Familia y de su línea pro vida. Quizás no sea del todo descabellado pensar que Zuppi acaricia la sucesión de Francisco y está tratando de esculpir la imagen del candidato moderado, que hace un guiño a los conservadores, ningún tradicionalista tendrá la oportunidad de salir del Papa, y tendrá posibilidades el ‘menos progresista’, Zuppi parece estar haciendo todo lo posible.
Tenemos algunas reflexiones sobre el libro de Sarah: “Al servicio de la verdad”. Sarah recuerda que en una entrevista reciente, que Ouellet dijo que actualmente el 30% de los sacerdotes que son nombrados obispos rechazan el nombramiento, hace unos años la tasa de rechazo rondaba el 10%. Las razones: problemas de fe, problemas de indignidad que pueden surgir, problemas de miedo a ser obispo, miedo a perder la libertad, miedo a la responsabilidad, miedo a tener que afrontar dificultades económicas, miedo a no ser apoyado por su diócesis local, miedo a enfrentarse a la Santa Sede. Necesitamos buenos sacerdotes que puedan convertirse en buenos obispos y nos recuerda que Jesús reprendió a los discípulos en Getsemaní porque mientras él estaba en agonía, ellos dormían.
Greg Epstein, tiene cuarenta y cuatro años, trabaja para la Universidad de Harvard y recientemente asumió el nuevo cargo de presidente de la organización de capellanes de la universidad y se define como ateo. Para coordinar las comunidades religiosas cristianas, judías, hindúes, budistas y otras presentes en el campus, se decidió buscar a alguien que no se identificara con ninguna religión. El se justifica: «Hay un grupo emergente de personas que ya no se identifican con ninguna tradición religiosa, pero aún sienten una necesidad real de discusión y apoyo sobre lo que significa ser un buen ser humano y vivir una vida ética», “No buscamos respuestas en un dios. Somos las respuestas de los demás «.
La Iglesia católica cierra en Afganistan, el único sacerdote presente, Giovanni Scalese, superior de la misión ‘sui iuris’ de Afganistán, y capellán de la Embajada de Italia en Kabul, ya está en Roma con cinco religiosas, entre ellas las misioneras de la Caridad con 14 niños con discapacidad asistidos en Afganistán. Juan Pablo II elevó esta presencia al rango de ‘missio sui iuris’, el primer paso canónico para la constitución de una Iglesia local. Sobre la posibilidad de un diálogo con los talibanes, Scalese, habla de «poco realismo».
«…a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes.»
Buena lectura.
