«Otra Taltavullada mas, a costa del cartel de fiestas del patrón de Palma. Taltavull se siente dolido por el cartel de san Sebastián de este año con felacion al santo incluida. Lo considera una simple tergiversación.
En su discurso, que no homilía en la misa solemne del patrón de Palma, lo anota como una anécdota más en la persecución De la Iglesia y lo usa dándole la vuelta como si fuera un calcetín y aprovecha que este escarnio sobre el patrón de Palma no es superior al abuso de los derechos humanos en el mundo.
Y se queda tan ancho. Una vez más son la asociación de abogados cristianos los que denuncian esta ignominia mientras Taltavull dirige toda su artillería jurídica contra las pobres monjas Jerónimas pues quiere hacerse suyo este patrimonio que desde siempre ha sido y es de las hermanas.
Se cumple su prórroga y todo apunta a un desenlace esperemos que fructífero y que este Asmodeo temporal que nos ha tocado como anti-obispo se largue de esta isla y se vaya allí donde por fin deje de dañar a la iglesia. Una cosa es cierta, nadie, absolutamente nadie le echará de menos, ni tan siquiera esos cuatro palmeros que hoy tiene en su curia, menudos son.»
Dentro de siete días, el 28 de enero, concluye la absurda e inmerecida prórroga de dos años que Francisco concedió a Taltavull y que nadie salvo él en la isla entendió y agradeció. Estamos pues a una semana de que concluya el incomprensible gesto pontificio y es unánime el deseo en Mallorca de que por fin se vaya con viento fresco.
Cabe ya todo. Hasta una nueva y todavía más absurda prórroga. Pero también que desaparezca de una vez esa pesadilla que desde 2017 padece la diócesis de Mallorca
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