Una discrepancia mía con Infovaticana

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La hago pública por su levedad. Si fuera seria habría hablado con Gabriel Ariza, con quien tengo fluida y muy cordial relación. He buscado el titular por el enganche que todos sabemos que tienen los mismos. Ni yo soy Infovaticana ni ella es la Cigüeña. Aunque creo que una y otra están en magníficas relaciones y nada pesarosas de haberse conocido. Al menos por mi parte. Me siento muy cómodo aquí y jamás he recibido de mi web no digo ya censura sino ni siquiera la más levísima insinuación de que modificara en nada mi Blog.

¿Cuál es entonces mi discrepancia? Una nadería sin importancia alguna pero que me da pie para una entrada. Y es un titular de Infovaticana.

http://infovaticana.com/2016/10/05/osoro-promociona-acto-del-teologo-insulto-omella/

Estoy seguro de que Don Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, no tiene la menor intención de acoger a críticos de monseñor Omella y darles protagonismo. Aunque también estoy seguro de que a ambos les gustaría el capelo en el próximo consistorio. En el que lo normal no es que hubiera dos. Y hasta podría saltar una liebre, según piensa alguno, que se alzara con el santo y la limosna. Lo que complica más el asunto porque los dos más la liebre son ya muy mayores. Osoro cumple 72 años el próximo 16 de mayo, Omella 71 el próximo 21 de abril y la liebre, caso de que saltara, 73 el 28 de enero.

Es muy previsible que en el próximo consistorio haya un español. Pero, el que sea, igual deja a España sin plaza en el siguiente. Porque con tres cardenales electores, Cañizares, Blázquez y el que resulte en el próximo, a Sistach le quedan días pues el 29 de abril dejará de ser elector, tal vez en el siguiente al muy próximo no haya opción española. Con el arroz pasadísimo al que no haya pillado púrpura a finales de este año o a comienzos de 2017.

Cierto que Francisco es partidario de nombrar para sedes importantes, al menos en España, a obispos mayores y de aplazar la edad de la renuncia hasta casi los ochenta años. Pero el Papa, a punto de cumplir 80 años, también tiene fecha de caducidad.

Sea lo que fuere, y las apetencias que tengan, la situación es complicada. Pero nada hace suponer que el arzobispo de Madrid esté dando cancha a algún crítico de Omella. Eso es cosa del P. Ángel que no tiene muy claro lo que quiere. Porque aseguraría que su deseo es llevarse muy bien con el arzobispo de Barcelona. Como con todo el mundo. El criterio no es precisamente su cualidad más destacada.

El problema, y grave, de Don Carlos Osoro no es acoger a críticos de su hermano de Barcelona. No me cabe duda de que está muy lejos de sus intenciones. Lo que va a ser fuente constante de disgustos, ya lo ha sido y lo será siendo, fue encomendar la iglesia de San Antón al P. Ángel y con muestras constantes de predilección. El P. Ángel, de notabilísimas cualidades humanas, es eclesialmente más peligroso que una piraña en un bidé. Al margen de sus intenciones, sin duda buenísimas. Lo preocupante para Don Carlos es que el bidé es el suyo. Pues como para recomendarle muchísima precaución.