Era un ejemplo más de las constantes agresiones que la Iglesia y los sentimientos delos católicos vienen padeciendo por parte del izquierdismo radical. Iglesias profanadas, procedimientos sin base contra numerosos obispos que siempre terminan en nada salvo las molestias y el escándalo de muchos ignorantes, intentos de latrocinio incluso de catedrales, apoyo descarado a todo lo antieclesial y reducción o supresión a lo católico, intentos repetidos contra la educación concertada, escrache a un obispo que ha tenido que ser protegido por la fuerza pública… La lista podría ser mucho más larga.
Ahora el Supremo da la razón a las Hermanas de la Cruz y a su colegio diferenciado. Pero seguirán insistiendo. Mañana o pasado seguro que más.