Creo que fue un sinvergüenza descarado y un vividor impresentable que se ha encontrado con lo que se buscó a conciencia aunque el creyera que nunca le iba a llegar.
Ha dejado hipotecada la monarquía. Que el no trajo y que es posible que se haya cargado.
Aunque los que se quieren cargar la institución son tan malos como él o peores.
Alguno tal vez pensará que se va diciendo: ¡Qué me quiten los «bailao»!
La noticia ciertamente no es eclesial y lo del rey católico era de broma. Pero, pese a todo su «currículo», para la Iglesia seguramente es mejor la monarquía que lo que nos quieren traer algunos.