Las lanza hoy Religión Confidencial.
Y en Toledo está la gran sorpresa. Por partida doble. Entra Martínez Camino y se cae Chámame Pepe. Al primero lo pediría gran parte del clero toledano y al segundo lo rechazaría también mayoritariamente ese mismo clero. Como el nombre del auxiliar de Madrid viene acompañado de los de Catalá e Iceta, tiene aspecto de terna que igual alguien ha revelado.
Creo que si el obispo de Bilbao figura en ella es de relleno. Está consiguiendo levantar algo una diócesis hundida, es ya mayoritariamente aceptado y pienso que sería un error llevárselo de allí. En muy poco tiempo van a quedar vacantes todos los arzobispados de España salvo el de Oviedo por lo que tiempo habrá de hacerle arzobispo y no tengo la menor duda de que lo sería excelente. De Madrid, de Sevilla, de Valencia, de Burgos, de Valladolid, de Pamplona, de Santiago
A Catalá se le está pasando el arroz y ya dijimos hace algún tiempo que era un posible candidato para Toledo. Como también lo podría ser para Zaragoza o Tarragona. O para Valladolid, más que caducado, o Burgos, Madrid, Valencia o Sevilla que van a ser los siguientes. Mejor que Rodríguez Carballo, sin la menor duda. Peor que Martínez Camino, también.
Y este sería la gran sorpresa de la quiniela. Un premio gordo de la lotería. Y el fin de un vergonzosa situación que no deja en buen lugar a quienes sean responsables de la misma. ¿Son ilusiones? Muy posiblemente. Pero soñar no cuesta dinero.
Para Tarragona da los nombres de Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón, y de Casanova, obispo de Vich. El primero lleva algún tiempo sonando y el segundo es candidato natural. Cualquiera de los dos mucho mejor que Pujol. Creo que me gustaría algo más el aragonés pues le veo con más arranque. Aunque el vicense también sería aceptable.
Y para Zaragoza, los nombres de siempre, Escribano y Ruiz Martorell. El primero me parece óptimo aunque tiene el inconveniente de que apenas se ha estrenado en La Rioja y lo está haciendo muy bien. Al segundo se lo comen crudo que hay mucho caimán en Zaragoza.
Y si quieren hacer arzobispo a Catalá, que tal vez se lo merezca tras tres años de obispo auxiliar, nueve de obispo de Alcalá de Henares y casi once de Málaga, pues también le servirían Zaragoza y Tarragona. Además como valenciano seguro que habla el catalán.