Concretamente el de las Esclavas de Córdoba.
Hacer una fiesta de disfraces para niños no tiene la menor maldad. Ya en carnavales, a los que la Iglesia no tuvo nunca la menor simpatía hasta el punto de celebrarse antaño actos de reparación en los templos por los pecados que con ese motivo se cometían, pues ya me parece más extraño Y que eso lo organicen las religiosas el miércoles de ceniza, día en el que comienza la Santa Cuaresma, etapa litúrgica penitencial por excelencia, me parece un despropósito.
En la fiesta se anuncia también una merienda. Si en ella van a participar sólo niños pues nada que objetar a eso pues a ellos no les obliga el ayuno que la Iglesia manda sólo dos días al año: ese miércoles y el Viernes Santo. En el caso de que los obligados a ayunar quebranten el precepto por causa de la merienda de las religiosas pues como para pensar que evidentemente estas han perdido el norte y los restantes puntos cardinales. ¿Sería eso un colegio católico?
No sé si a esa carnavaladita acudirán padres aunque lo previsible es que sí luciendo los disfraces de sus niños. Y en tal caso me parece muy poco probable que a la hora de la merienda salga alguna religiosa o algún profesor advirtiendo a los mayores que no se acerquen a la merienda.
Todavía están a tiempo porque eso es pasado mañana de suprimir por lo menos la merienda o restringirla únicamente a los niños. Cosa que si ocurriera consignaría con muchísimo gusto en el Blog. En honor de Santa Rafaela Porras a quienes sus hijas tanto hicieron sufrir en vida. Y aunque en el Cielo no se sufre tampoco deberían faltarle de modo alguno.
De la penosa deriva de estas religiosas creo que las cifras lo manifiestan. En 1973, primeros datos de los que dispongo, eran 2.382, Y es seguro que diez años antes dos o tres centenares más. El 1 de enero de 2016 ya sólo quedaban 1.014. Dos años después son ya unas cuantas menos de mil… y bajando. Cada vez menos y mayores. Pues si creen que con el carnaval van a superar esta ruina apañadas van.
vb