Otra zasca a Taltavull aunque esta de rebote

|

Porque va dirigida al vicario de Educación, Miguel Gual, que ha colocado a un sobrino en un importante cargo tras despedir a quien lo ocupaba:

http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/08/el-nepotismo-de-la-diocesis-de-mallorca.html

Pero naturalmente el administrador apostólico y obispo auxiliar de Barcelona sale a colación.

No se entiende bien que es lo que pretendió el Vaticano con el nombramiento mallorquín de Taltavull. Aunque ya estemos acostumbrados a que no pocas cosas del Vaticano no se entiendan.

La administración apostólica tiene por fin atender una situación de interinidad hasta que se proceda al nombramiento del obispo titular. Interinidad que se acerca ya al año después de un traslado traumático del anterior obispo hundido en el descrédito más absoluto.

¿Se quiso dar un plazo a Taltavull para que conociera bien la diócesis para la que iba a ser nombrado? Pues el tiro les ha salido por la culata porque ha sido la diócesis la que ha conocido a Taltavull y con poquísimo agrado. Lo que puede explicar que el nombramiento no termine de llegar en su persona ni en la de otro.

¿Sabían quién era Taltavull y no tenían la menor intención de nombrarle obispo de la isla? Pues me parece bastante rebuscado y hasta algo pérfido. Que se queme allí y luego ya se verá. Y mientras tanto separamos en el tiempo al nuevo obispo del escándalo de su antecesor.

Lo cierto es que la administración apostólica, periodo que suele ser de dolce far niente, Taltavull lo ha agitado de modo considerable. Y no de modo favorable a su persona. Los artículos de Fernández Barrajón, aun siendo de la misma cuerda o camada, fueron demoledores. Y se está labrando una fama de monterilla de escaso fuste que tampoco le favorece. Casi un año después del nombramiento, faltan escasos días, el hombre está más desprestigiado que cuando llegó. Aunque no venía con mucho prestigio. El nepotismo de sus curiales tampoco le favorece.

El Vaticano debería considerar de una vez que las interinidades no resuelven nada y empeoran mucho. Las largas sedes vacantes multiplican los rumores, los antirrumores y los intentos de descalificación de los rumoreados. E incluso las prórrogas. Nombramientos, pronto. Cuando un obispo presenta la renuncia por cumplir los 75 años, si se le quiere prorrogar uno o dos años, no me refiero a pocos meses, una declaración ese día de que el Papa le va a mantener uno o dos años más. O hasta tres si le parece. Y con eso se acaban las quinielas por ese tiempo. Si la renuncia es anticipada por motivos de salud, aceptársela cuanto antes. Es una falta de caridad y un perjuicio para la diócesis mantener al enfermo cuando ya no tiene fuerzas para seguir en el cargo.

Vine bastante tiempo pidiendo que en la aceptación de las renuncias no se comunicara el artículo correspondiente de la causa. No voy a decir que me hicieron caso porque esa obviedad, contraproducente para los enfermos que entraban en el mismo saco que aquellos a los que se le aceptaba por una causa grave, se le debió ocurrir también a alguien en el Vaticano y se suprimió esa fuente de sospechas. Pues a ver si a algún otro se le ocurre una solución a lo que ahora expongo.

Personalmente pienso que Taltavull es un mal obispo. Nombrado por Benedicto XVI. Como auxiliar de Barcelona, administrador apostólico, que ya fue cosa de Francisco, o como residencial si le llegara residencia. Este año mallorquín me lo ha confirmado. Pero la espera, caso de que algo le fuera a caer, sólo le ha sido perjudicial. Hoy, para obispo de Mallorca, está más desacreditado que cuando le nombraron administrador apostólico. Y para otra diócesis de España, también. Aunque si le cayera, por ejemplo, Zamora, progresista lo seguiría siendo pero el catalanismo se lo tendría que tragar con all i oli. Tenemos el caso de Uriarte, en mi opinión uno de los peores obispos de España, que fue un buen obispo de Zamora. Donde el abertzalismo no tenía el menor sentido.

Taltavull tiene 69 años pasaditos. El próximo 28 de enero cumple 70. Ya no sería edad de nuevo nombramiento pero el Papa Francisco ha hecho unos cuantos en ese entorno: Zaragoza, Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, Palencia. ¿Será Taltavull uno más? Todo es posible en Granada y en el Vaticano.