Un nuevo obispo procedente del Camino Neocatecumenal

|

Tengo un buen amigo, miembro del camino Neocatecumenal, o sea kiko, que me parece a la vez sensatísimo y eclesialísimo. En ocasiones, no muchas porque de pesado  no tiene nada, de noticias camineras que mucho le agradezco. Creo que es meridiano que yo no soy kiko aunque no pocas veces haya manifestado mi admiración por un movimiento eclesial, aprobado y bendecido por la Iglesia, aunque no comparta algunas de sus «peculiaridades». Y sin entender en modo alguno el odio que algunos les profesan que no tiene nada que ver con reservas que cabe tenerlas.

Mi amigo me informa que el Papa Francisco, en uso de su legítima jurisdicción ha nombrado hace unos días un obispo kiko. Rubén Darío Jaramillo Montoya, de 51 años, obispo de Buenaventura (Colombia). Y me dice que es el sexto obispo procedente del Camino Neocatecumenal nombrado por el actual Papa.

Pues a los refractarios decirles que entre los obispos «kikos» no sé todavía de ninguno impresentable. De otras procedencias, unos cuantos. Posiblemente no sean lumbreras teológicas, ¿quiénes lo son?, pero de alguno sé que es un muy buen pastor y que ojalá hubiera más como él.

Pues bienvenido sea el obispo neocatecumenal de Buenaventura. Ya de lo que haga como obispo opinaremos lo que a nuestro parecer proceda. Pero estoy casi seguro, puedo equivocarme, de que no me va a dar ocasión a ello. Será un obispo más como tantos de la Iglesia. Ni buenísimo ni malo.

Entiendo que haya gente a la que no le guste el Camino  Neocatecumenal, están es su derecho. Y a expresar las críticas que les parezcan. Acertadas o no. Yo también tengo alguna. Pero lo que no es de recibo, me parece, es rechazar como herético lo que la Iglesia no sólo admite sino que incluso bendice. Siempre es muy arriesgado erigir el propio gusto como regla de la Iglesia. Y además no es recomendable. O no me lo parece a mí.