Lo de Aberasturi ya no tiene nombre

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O a mí ya no se me ocurre. Cada vez que le leo, que es siempre y todo, pienso que el último artículo es el mejor. O pensaba. Porque ya sé que el siguiente todavía le va a superar.

Este cura, Opus pata negra, está haciendo un inmenso servicio a la Iglesia y a la prelatura. Él, y algunos más, no muchos, dando siempre la cara, con riesgo de que se la rompan, salvan tanta miseria, cobardía, inanidad, vileza, herejía… a las que tantos nos tienen acostumbrados.

Gracias a Dios siguen existiendo obispos, curas y laicos que se visten por los pies y que les cantan las cuarenta hasta al lucero del alba. Sin arredrarse lo más mínimo. Sin el sí pero no o el no pero sí al que tantos nos tienen acostumbrados. Y no son lo peor pues muchos ya sólo chapotean en el fango que parece ser lo que más les gusta.

Con los Aberasturis se está consiguiendo que no pocos no den el portazo definitivo ante tanta miseria como estamos viendo. Porque ellos, contracorriente, confirman en la fe y en la esperanza. No todo está perdido. Quedan Aberasturis.

Cierto que no lo tienen fácil y lo asumen con un valor extraordinario. Pero tampoco lo tienen aquellos que quisieran callarlos porque si lo hicieren pondrían mas de manifiesto sus propias miserias e iban a quedar como Cagancho en Almagro. Y además saben que quedarían incluso más retratados en los papeles que eso hoy ya no lo para nadie. Como rufianes y traperos.

Aberasturi, y los demás Aberasturis, son hoy lo que fueron los profetas de Israel. Claros, verdaderos, heroicos… La voz de Dios que se quería ocultar.

A todos ellos mi reconocimiento agradecido. Uno, que no les llega ni a la suela de los zapatos, les manifiesta que les tengo por maestros y por modelos. Y que siguiéndoles, aunque sea tan cortamente, estoy convencido de que sigo a Dios. Lo que no me ocurre con el inane Blázquez, con el comunicat del bisbat de Lérida, con las notas de los obispos catalanes o de la Permanente, con los trescientos curas de Cataluña, con los monjes de Montserrat, la Sosa cáustica o con los polvotalcos.

https://infovaticana.com/blogs/aberasturi/los-del-complejo-polvotalco/