Las monjas de la Compañía de María se van de Orduña

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El colegio, que había sido emblemático en las Vascongadas, llevaba años cerrado. Ahora se retiran las monjas. http://www.elcorreo.com/bizkaia/nervion/201603/21/monjas-compania-maria-dicen-20160321020538.html?ns_campaign=APPWA&ns_source=BT&ns_linkname=Bottom&ns_fee=0&ns_mchannel=EM La fotografía me parece patética. No pueden ir a reforzar otros colegios de la Enseñanza. Evidentemente no pueden reforzar nada. Retirarse a la casa de recogida de ancianas donde rezarán mientras puedan. Y nada más. La situación de Orduña debe ser parecidísima a la de otras casas de las hijas de Santa Juana de Lestonnac  y desgraciadamente a las de otras muchas congregaciones de religiosas. Se van. Desaparecen. Ni tienen relevo ni posibilidad muchas de recuperación. Me parece admirable esa anciana que quiere morir con hábito. Lo que habrá padecido por mantenerlo. No dudo de la buenísima voluntad de muchas de las demás a las que convencieron de que el aggiornamento era una primavera segura. Y se lo creyeron. Pues ya ven el final. Porque eso es el final. Ya no existe el colegio de sus ilusiones y sus trabajos y ya apenas existen ellas. El periódico informa de que quieren vender la inmensa casa y finca pero no encuentran compradores. Es igual. ¿Para qué quieren ese dinero si su orden se extingue? Atenciones no les van a faltar y bien poco necesitan acostumbradas a una vida austera y entregada. En España, y en la Europa occidental nada arreglarán con una inyección de euros. Tal vez en Asia o en África puedan servir para la supervivencia de la Compañía de María. Bendito sea Dios si eso se lograra. Pero andando otros caminos. Porque los que emprendieron, y repito que seguro que engañadas, ya se ve a donde condujeron. A esa patética fotografía. Ahora dicen adiós. Creo que el adiós lo dijeron ya hace bastante tiempo. Aunque ellas creyeran otra cosa. Que no vino. Que era imposible que viniera. ¿Qué chicas jóvenes, con vocación de entregarse a Cristo, van a querer incorporarse a eso? Y yo no soy responsable de nada. Sólo de recoger una triste realidad que otros publican y que desgraciadamente es así.