Pues me siento muy honrado, y confirmado, con el repaldo académico. Qye pone en su sitio a ese pobre hombre, obispo de Huehuetenango, al que Francisco, en uno más de sus incomprensibles gestos, ha creado cardenal. Seguramente porque las coincidencias estéticas y culturales entre ambos sean notables. Uno prefiere coincidir con la Real Academia.
https://infovaticana.com/blogs/cigona/el-escudo-cardenalicio-del-cardenal-guatemalteco-un-horror/